Quiero iniciar dando una de las más cordiales bienvenidas al señor Presidente de la República de Chile, don Sebastián Piñera Echenique.

Junto con usted, quisiera darles la más cordial bienvenida al señor Ministro de Relaciones Exteriores, como al señor Embajador, y a cada uno de sus colaboradores que nos honran con su presencia.

Hemos saludado ya a varios de nuestros amigos senadores, diputados, que tenían enorme interés de estar con usted en esta visita al Senado de la República.

Y cómo no tener interés en recibir al Presidente de Chile, de una República hermana, que durante muchos años nos unen esfuerzos de distinta índole, no nada más el cultural con el que nos hemos visto enriquecidos, sobre todo con una gran cauda de intelectuales y académicos chilenos, que vinieron a darnos a nosotros y a nuestras universidades la posibilidad de enriquecer el conocimiento, y junto con ellos nuestra relación en años difíciles para Chile, en donde México estuvo presente.

Cómo no hacerlo también, si nosotros hemos observado la manera como usted, señor Presidente, el pueblo chileno, sus organizaciones políticas, han logrado transformar a su país en un corto lapso de tiempo, haciéndola una economía sumamente fuerte, pero también una democracia sumamente sólida.

Esta es una tarea que en México venimos trabajando también desde hace tiempo. Miramos hacia Chile por razones de amistad, simpatía, hermandad, cultura e interés. De interés por ver cómo ustedes no se han quedado detenidos, sino constantemente buscan, a través de la actualización y el cambio, mejorar las condiciones de vida del pueblo chileno.

Difícilmente alguna entidad de la República, como la que aquí nos encontramos representando, ya sea Sinaloa, Sonora, Estado de México, Quintana Roo, el mismo Distrito Federal, todos, tenemos una relación con algún hermano chileno, ya sea porque habita o vive en esos estados, o tenemos una relación de orden económico con ellos.

Yo soy de un estado fronterizo con los Estados Unidos, pero nuestra relación más importante es, por ser agroindustrial, con Chile.

Hemos transformado buena parte del campo sonorense, con vocación agrícola, mirando a Chile, y la manera como producen vid y algunos otros productos. Además, intercambiamos comercialmente también buena parte de nuestros propósitos.

Recibirlo, señor Presidente, nos hace recordar horas, momentos importantes de la vida entre nuestros dos países, que siempre se han visto con el interés de ir caminando juntos en el hemisferio y hacerlo con una gran comunicación, interrumpida en algunos momentos de la historia y reanudada posteriormente con gran vigor.

Recordamos con tristeza la reciente muerte del primer Embajador de Chile en México, damos las más sentidas condolencias, pero también recordamos junto con ese evento, la manera como tantos funcionarios --Presidentes, obviamente Embajadores-- nos han ayudado a mantener vivo ese interés entre el pueblo chileno y el pueblo mexicano.

Quisiera seguir hablando con emoción de lo que sentimos por el gobierno chileno. En lo personal, me tocó trabajar en algunas oficinas en donde pudimos resolver temas del exilio chileno; aquí se encuentran varios de nuestros amigos que estuvieron presentes: el diputado Porfirio Muñoz Ledo, el senador Francisco Labastida, Embajadores en su momento como Pedro Joaquín Coldwell.

Estoy convencido que nuestros amigos senadores, diputados y funcionarios que hoy nos acompañan, quieren escucharlo a usted, no a mí. Y con gran interés le decimos que, así como ustedes lo están haciendo, nosotros aquí en el Senado estamos promoviendo una reforma política que nos actualice; que genere nuevos instrumentos modernos de la democracia moderna, que nos acerquen más a resolver los problemas con agilidad y acuerdos.

Hay una gran pluralidad en México, y hemos buscado mediante sistemas políticos adecuados que esté representada, pero hoy estamos muy interesados en que esa pluralidad se vaya reflejando con mayor facilidad en acuerdos que nos permitan generar crecimiento económico, empleo y resolver algunos problemas como el de la seguridad pública, que algunas zonas de México hoy viven, pero que haciéndolo con interés, atención, inteligencia y observando a los mejores, estoy seguro lo haremos con mayor velocidad.

Sea usted bienvenido, señor Presidente Piñera Echenique, y le rogaríamos pudiera dirigirnos un mensaje.

Gracias.

Segunda Parte.-

Quisiera darle la bienvenida también a los señores diputados Felipe Solís Acero y Heliodoro Díaz Escárraga, quienes se suman a esta hermosa pluralidad que no deja llegar la nostalgia, señor Presidente, porque la nostalgia es un refugio de la pereza y aquí hay mucha actividad, que se está reflejando en el hecho de que todos los grupos parlamentarios en el Senado de la República, han apostado por hacer una verdadera transición en México, no quedarnos detenidos en la alternancia, sino buscar un sistema político que nos permita avanzar, que nos deje crecer, que nos represente a todos en una rica pluralidad de acuerdos.

Ya nos acostumbramos a ella. Esa podía llegar a ser entonces una de las ideas que nos hace sustantivos en cada uno de los trabajos.

La verdad es que la historia tiene grandes enseñanzas, pero el futuro tiene mejores exigencias, y en ellas estamos trabajando.

Pero estoy seguro que algunos de nuestros amigos legisladores --después de escuchar sus palabras y nos brinde unos minutos de su atención--, quisieran hacer uso de la palabra; primero la senadora María de los Ángeles Moreno, sobre todo por su interés en el Parlatino y por lo que estamos haciendo en el tema parlamentario --en lo cual les agradezco mucho a nuestros amigos y amigas senadores, senadoras, diputadas y diputados, chilenos, que nos hayan brindado también la atención, de poder compartir con nosotros una serie de diálogos, desde hace unos días.--, y después el diputado Porfirio Muñoz Ledo, quien está muy interesado en participar.

---000---