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Gracias a todas y a todos.

La verdad es que qué contento me siento de poder estar hoy aquí, en este evento en el Senado de la República.

Saludo a mis compañeros senadores, al senador Manlio Fabio Beltrones, presidente de la Mesa Directiva; al senador Carlos Navarrete, coordinador de la bancada del PRD; a mi compañera, la senadora Blanca Judith, presidenta de la Comisión de Equidad y Género.

Saludo especialmente con mucho orgullo a nuestras invitadas del día de hoy, a la maestra Irene Espinosa, tesorera de la Federación; a la licenciada Elizabeth Abadie, Capitán Piloto Aviador, a la maestra Mónica Flores Barragán, de Manpower, a la maestra Nicole Reich, de Scotiabank.

Especialmente, también saludo con gran afecto a nuestras dos compañeras que nos acompañan el día de hoy, Lolita Ayala de Televisa, Mónica Garza de TV Azteca, es un honor y un gusto tenerlas hoy aquí.

Saludo por su puesto, a todas mis compañeras y compañeros senadores, a Amira,a María de los Ángeles Moreno, a María Rojo, a Minerva, a Leticia, a Nelly, a Lety Sosa, a María Serrano, a todas mis compañeras senadoras. A mis compañeros senadores, a Federico Döring, a los que no acaban de animarse a entrar, como mis compañeros Cleominio Toledo Herrera, en fin, muchas gracias a todos por estar hoy aquí.

Y la verdad es que esta ceremonia que conmemora el Día Internacional de la Mujer desde el Senado de la República representa una oportunidad inigualable para hacerles un reconocimiento a las mujeres mucho más allá de su condición de género.

El reconocimiento al que me refiero es a su trabajo, a su pasión y a su testimonio de vida, que sirve como ejemplo a nuestras familias y a nuestra sociedad y saludo aquí con muy muy especial gusto a las hijas de Mónica Flores y Blanca Judith Díaz Delgado, aquí tienen en sus mamás un ejemplo de lo que ha sido la lucha permanente de las mujeres en México, porque podamos tener mejores condiciones para ellas. Bienvenidas al Senado las dos, es un orgullo tenerlas aquí y deben estar las dos muy orgullosas de sus mamás.

México ha comenzado a cambiar y hemos dado los primeros pasos para que el simple hecho de ser mujer no sea un motivo para tener desventajas desde el momento del nacimiento.

Este logro no podría entenderse sin la lucha decidida y constante de miles de mujeres que han levantado su voz y no han permitido los abusos de otros tiempos.

Son ustedes, las que con su fuerza han logrado cambiar la realidad de nuestro país; son ustedes las que con su persistencia hacen que México se convierta en una nación cada vez más justa y equitativa para todos.

Sirva esta ceremonia para reconocer a millones de mujeres que día a día luchan para que sus familias salgan adelante. Sé que aún hay mucho por hacer y soy consciente que vivimos en una sociedad que todavía no ha logrado superar fantasmas del pasado tan despreciables, como por ejemplo, el machismo. Por ello, nuestro trabajo como servidores públicos debe estar enfocado a eliminar la discriminación y los señalamientos que aún sufren muchas mujeres a lo largo del territorio nacional.

Las autoridades de los tres órdenes de gobierno, de los tres poderes de la Unión y la sociedad en su conjunto, tenemos la responsabilidad de trabajar desde nuestros ámbitos de competencia, para impulsar decididamente una verdadera equidad de género.

Quiero hoy decir aquí, a manera de recordatorio, que desde el Senado hemos impulsado iniciativas importantes que contribuyen a disminuir la brecha entre hombres y mujeres.

Menciono algunas reformas a la Ley General de Acceso a las Mujeres a una vida Libre de Violencia:

En primer lugar, con la reforma a los artículos 6, 52 y 53 de dicha ley, se introdujo como un nuevo tipo de violencia hacia la mujer, la omisión o deficiencia en la atención a las mujeres embarazadas por parte del personal de salud.

Asimismo, se estableció como violencia que se obligue a las mujeres a parir en situaciones contrarias a su voluntad o cualquier trato que atente contra su capacidad de decisión sobre su cuerpo.

Dicha reforma tiene como objetivo que toda mujer tenga el derecho a decidir libremente sobre la forma en la que quiere tener a sus hijos, sin interferencia de ningún tipo.

En segundo lugar, también modificaciones al artículo 45 de la citada ley, se facultó a la Secretaría de Educación Pública para desarrollar programas educativos que fomenten la comprensión adecuada de la paternidad y maternidad responsable.

El objetivo es fomentar que corresponsabilidad que existe entre padre y madre en la importante tarea de cuidar y formar a los hijos no sea eludida por ninguno de los dos.

En tercer lugar, se reformó el artículo 46 de la misma ley, con lo cual se establece que la atención prestada a las mujeres víctimas de la violencia será brindada de conformidad con los reglamentos, normas y actos que se emitan en la materia.

Con tal reforma se pretende que todas aquellas mujeres que se encuentren en estado especialmente vulnerable, encuentren una atención adecuada y que verdaderamente responda a sus necesidades.

Estos son algunos de los cambios legislativos que hemos impulsado en el Senado en favor de las mujeres. Sabemos que todavía existe mucho por hacer y seguiremos trabajando para que la equidad de género sea una realidad en México, mientras persista la desigualdad y el maltrato a las mujeres, nuestro trabajo estará incompleto.

La nuestra, queridas amigas y amigos, es una lucha por hacer valer los derechos fundamentales de las mujeres en México; una lucha por lograr su plena igualdad e inclusión en la vida política, económica, social y cultural del país. Una lucha que debe comprometernos a todos para que sea una realidad la equidad de género en México.

Existen, --como ya lo decía la Presidenta de la comisión--, tareas pendientes, adicionales a las que ella mencionó, menciono algunas otras, porque requieren de mucha de nuestra atención. Tal es el caso de la reforma que permita elevar a rango constitucional el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia, correspondiendo al Estado mexicano garantizar ese derecho.

De igual modo, debemos sancionar el despido y la negación del empleo a mujeres embarazadas.

Otro ejemplo de las tareas pendientes es lograr que el IMSS y el ISSSTE otorguen atención médica a mujeres en edad gestacional que presenten una emergencia, independientemente de si son o no derechohabientes de la institución o si están afiliadas a cualquier esquema de aseguramiento.

Es la intención del Grupo Parlamentario del PAN y, estoy seguro amigas y amigos, que de todos los senadores, buscar la generación de acuerdos que permitan que estas reformas se conviertan en una realidad.

Señoras y señores; amigos todos:

El siglo XXI no podrá entenderse sin la participación cada vez más activa de las mujeres en la toma de decisiones de nuestro país.

Me siento orgulloso de pertenecer a una sociedad que está dispuesta a cambiar para tener una verdadera cultura de respeto y oportunidad para las mujeres.

Los logros que hemos alcanzado en los últimos años en materia de igualdad de género son muy representativos de lo que se puede hacer o de lo que podemos hacer como sociedad.

El día de hoy, al inicio de la columna de José Goldemberg, en el Diario Reforma, comienza con una frase que refleja lo que muchos pensamos. Dice Goldemberg: “Si algún movimiento u grupo social logró avances considerables a lo largo del siglo XX, es sin duda el de las mujeres”.

Falta un largo trecho, es mucho lo que hemos conseguido, pero aún tenemos que luchar para lograr la equidad y justicia,

Avanzamos en la ruta correcta. Pero aún falta un largo camino para lograr la equidad y justicia. Por eso, concluyo el día de hoy invitando a que sigamos trabajando unidos en favor de las mujeres mexicanas, porque no podremos construir un mejor México si dejamos de lado a la mitad de nuestra población, a la mitad de nuestro gran potencial, a la mitad de nuestra fortaleza, que son precisamente, las mujeres.

En suma, este es un día muy especial, refrendamos nuestra voluntad de continuar trabajando a favor de los derechos de las mujeres. Por eso, agradezco profundamente a la senadora Judith Díaz y a todos los que han hecho posible que, una vez más, conmemoremos juntos esta ocasión en el Senado, el Día Internacional de la Mujer.

Reitero a todas y cada una de las mexicanas mi respeto y admiración, muchísimas gracias.

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