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AUDIO

Carlos Navarrete Ruiz (CNR). Qué enorme gusto tener tantas mujeres en el Senado de la República, en su Patio Central y a mujeres tan distinguidas y exitosas.

Bienvenidas todas aquí al Senado de la República.

Hoy el Senado abre sus puertas para escuchar a mujeres de éxito, abre sus puertas para recibir a mujeres con trayectoria, como son todas ustedes, trayectoria que constituye una historia personal del lucha, de congruencia, de éxito en el avance de las mujeres en todos los ámbitos: en el ámbito laboral, en el ámbito familiar, en el ámbito profesional, en el político, en el cultural, en el social y en el académico.

Esta diversidad que hoy tiene al Senado nos entusiasma, y sin duda alguna, felicito a mi compañera senadora presidenta de la Comisión de Equidad y Género por haber organizado este evento. Muchas gracias, presidenta. Felicidades.

Por eso hoy es necesario reiterar el compromiso total con la lucha por construir una sociedad donde exista igualdad entre los géneros y donde se respeten plenamente los derechos de las mujeres, aún no estamos en esta etapa, aún no lo estamos.

Yo quiero unirme a las voces que reconocen y honran a las mujeres de éxito. Ser mujer en México y tener éxito es una proeza, sin duda alguna. Y cuando mujeres de la calidad que nos acompañan y que estamos honrando, representativas de muchísimas en el país, que han logrado destacar, superarse, trascender, mostrase en su capacidad, mostrarse orgullosamente como mujeres comprometidas con sus actividades y ser reconocidas en todo el país vale la pena subrayar que esto tiene que ser felicitado, sin duda alguna.

Pero también permítanme traer otra visión a esta tribuna, es necesario también observar y solidarizarnos con las activistas que han sido perseguidas e incluso asesinadas por exigir justicia ante los feminicidios.

Y yo quiero aquí como senador de la Republica expresar mi solidaridad con las mujeres presas que han sido encarceladas en varias partes del país por decidir sobre su cuerpo, es una vergüenza para nuestro país que todavía exista esto.

No podemos cerrar los ojos, no podemos permanecer indiferentes cuando existen mujeres, incluso niñas, agredidas por el sólo hecho de su género, o discriminadas y excluidas, sin acceso a la salud, a la educación, al empleo, por ser indígenas, por ser pobres o por ser analfabetas.

Es verdad, hoy estamos convencidos que a 100 años de la instauración del Día Internacional de la Mujer, hay avances, hay avances, sin duda laguna, no porque se les hayan concedido gratuitamente éstos a las mujeres, sino porque ustedes lo han logrado a través de años y años de esfuerzo, de tesón, de lucha intensa. Pero también hay que comprometernos con lo que falta, que no es poco.

Ante nosotros se presentan dos tareas fundamentales: conservar lo ganado hasta ahora y avanzar en los temas pendientes que Blanca Judith ha expresado ya aquí en su discurso.

Tendremos que vencer muchas resistencias, pero estoy seguro que lo lograremos.

Apenas antier, aquí en el Senado de la República, aprobamos, por fin, la reforma constitucional en materia de derechos humanos, una modificación trascendental, un logro histórico de mujeres y hombres, y de varias generaciones que por fin logramos una reforma que, no tengo duda, es la de mayor alcance que hayamos aprobado en esta Legislatura.

Hace un siglo, 100 mujeres se unieron para exigir sus derechos, ahora somos millones de mujeres, pero también de hombres, que estamos convencidos y convencidas de que la lucha por la equidad de género y la igualdad de las mujeres constituye un aspecto fundamental para nuestra sociedad y para nuestro país.

Bienvenidas al Senado, muchas gracias por su presencia.

Muchas gracias.

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