* Versión estenográfica de la intervención de la coordinadora del grupo parlamentario del PRD en el senado, Dolores Padierna Luna en el foro aportes de la constitución CDMX a la democracia mexicana 

Dolores Padierna Luna (DPL): Agradecer a este conjunto de compañeras y compañeros constituyentes, que hicieron historia y que les agradezco mucho que hayan aceptado en este foro hoy aquí, hablando de los aportes de esta Constitución de la Ciudad de México para la Ciudad de México y el país.  

A ustedes agradecerles infinitamente su tiempo, su interés, sus preguntas, sus propuestas, sus ideas que más tarde tendrán la palabra.

A manera muy rápida, de introducción, diría que entre septiembre de 2016 y enero de 2017 tuvieron lugar los trabajos de la Asamblea Constituyente, esta Asamblea que entregó en tiempo y forma la primera Constitución de la Ciudad de México con resultados muy afortunados y muy sobresalientes.

Es un documento innovador de enormes alcances y repercusiones, es también, la coronación de un largo proceso de la lucha ciudadana por la autonomía de la Ciudad.

En la historia contemporánea, si pudiéramos ubicar alguna fecha en la que dio inició este largo proceso, ubicaría yo a los sismos de 1985, cuando inició una larga marcha que dotó de sentido esta hazaña que se vuelve realidad ahora en 2017.

Esta Constitución da cuenta del espíritu, profundamente democrático capitalino, de sus conquistas igualitarias y libertarias, de los Derechos Humanos como eje estructural de la Constitución, pone aquí una democracia intensa y participativa que coloca a la Ciudad de México como la más democrática del país con mecanismos de democracia representativa, directa y participativa que todas son complementarias entre sí.

Las alcaldías, un nuevo modelo de gobierno, no existe en México otro modelo como éste, lo vamos a innovar, lo vamos a experimentar, a ver si todo lo que pensamos las y los Constituyentes le dimos al clavo para que, incluso, los municipios del país puedan adoptar este modelo de gobierno de proximidad.

También, hay nuevos modelos para el desarrollo económico, para el urbanismo social, otra visión sobre seguridad pública, otro funcionamiento del Poder Judicial, está dentro de ella todos los mecanismos de exigibilidad y justiciabilidad de los derechos, entre muchos contenidos más.

Por primera vez en la historia, las personas son colocadas primero y después el poder, todavía no está siendo comprendida a cabalidad en toda su dimensión y, por ello, estos foros resultan indispensables.

Las constituciones importan mucho, no sólo por ser una máxima norma, sino porque representan momentos fundacionales.

La Constitución de la Ciudad de México funda una nueva era para la Ciudad, una nueva época en la historia de la sociedad capitalina.

Las Constituciones caracterizan también la culminación de una larga transición, ésta que yo ubiqué en el 85 termina después de tanto tiempo ya esa transición e instaura con esta Constitución nuestra nueva etapa.

Las constituciones son la conclusión de las revoluciones, por ejemplo, aquí tuvimos una Revolución pacífica, democrática, no armada, pero al fin de cuentas es una revolución ciudadana y significa el un nuevo rumbo que le espera a la sociedad es, por lo tanto, un nuevo proyecto de Ciudad, que da rumbo a los ideales y a los principios de los pueblos.

Es también un gran pacto social, los acuerdos mínimos para mantener la paz, la tranquilidad, son los medios lícitos para la búsqueda del poder, son los límites que tendrá quién ostente el poder.

La Constitución establece las formas que adoptará la nueva relación entre el Estado y la sociedad, entre muchas otras cosas.

En síntesis, las constituciones son un proyecto colectivo de vida que, en el caso de la Constitución de la Ciudad de México, mira hacia el siglo XXI.

La Constitución fue producto de debates, de desacuerdos, de tenciones, de visiones distintas, de desconfianzas, pero, sobre todo, fue producto de la voluntad política de las y los Constituyentes, reflejo también, de pluralidad, de diversidad de visiones, de realidades dinámicas y demuestra que, a pesar de las diversidades de pensamientos, cuando se antepone un bien principal se puede poner en segundo plano los intereses de cada quien.

La Constitución da cuenta de la vida que anhelamos tener en la Ciudad de México y que tiene en el horizonte la democracia mexicana comprendida en su más amplio sentido, una forma de vida basada en la prosperidad constante de su población, dejar atrás los conservadurismos y las ortodoxias para explorar nuevos paradigmas; todos estos nuevos paradigmas serán encontrados en nuestra Constitución, encontrar salidas para la crisis política, para la crisis de violencia, para la crisis económica es una ruta para convertir a la Ciudad de México en el mejor lugar para vivir, esto implica un cambio profundo de magnitudes que aún no se ha alcanzado atisbar en toda su extensión, por ejemplo, el gran objetivo de esta Constitución es alcanzar la vida digna para todos y todas ¿cómo vamos a alcanzar una vida digna dentro de los cánones neoliberales que tienden a generar pobreza y profundizar la desigualdad?

Obviamente que la Constitución de la Ciudad se aleja del neoliberalismo y obliga a erradicar las desigualdades estructurales mediante la redistribución justa de la riqueza, la generación de empleos, el fortalecimiento del ingreso, así con muchas otras medidas se va a ir erradicando la pobreza.

Todas las políticas públicas, todas las acciones de gobierno y de todos los poderes en la Ciudad deberán apuntar hacia este objetivo, políticas que no abonen a ellos o vayan en sentido contrario podrían ser reconvenidas por inconstitucionales por la sociedad.

Yo termino mi participación diciéndoles que esta nueva Constitución, la primera Constitución de la Ciudad de México representa un salto para la recuperación de la confianza, la credibilidad para tener un sistema integro, responsable humano que tiene como objetivo garantizar los Derechos Humanos, alcanzar la vida digna y por entero podemos aspirar a una verdadera democracia donde la sociedad, la población este primero que nada y que nadie.

Muchas gracias.

 

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