Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Conferencia de prensa ofrecida por el senador del Partido Revolucionario Institucional, Patricio Martínez García, el martes 2 de mayo de 2017.

Muy buenas tardes a todos, con el gusto de saludarlos.

He solicitado la amabilidad de su presencia y atención para informarles que el pasado jueves he entregado al presidente de la Mesa Directiva del Senado, el peritaje realizado por Portillo y Young, S.C., una firma de ingenieros consultores, prestigiada, con la capacidad suficiente para hacer la revisión de las tesis que con anterioridad, desde el 8 de diciembre pasado, presenté al Senado de la República en forma de punto de acuerdo.

Con base en estudios y en material que un servidor había preparado desde el año 2012 y el cual se basó en estudios realizados por el señor ingeniero Jesús Erias Arsolarza, quien reportaba desde los años 90s del siglo pasado, que existe una sustracción -no podemos hablar de pérdidas- de territorio nacional, según los cálculos del ingeniero, de 85 mil hectáreas en números redondos.

Con esto, una diferencia de más de 400 kilómetros en la línea fronteriza, los cuales reportan que esta línea, de esa distancia, están mal ubicados.

Todo esto viene el día de hoy a presentárseles a ustedes, para informar por su conducto a la opinión pública y al pueblo de México, sobre la real diferencia que existe en nuestra frontera, con base en aquellas tesis, lo cual hoy se confirma con los estudios realizados y de los cuales estaré entregando a ustedes el cuadernillo correspondiente, con algunos de los mapas descriptivos de los puntos específicos, de los errores en los vértices de la frontera que dan origen a esta problemática.

También quiero dar a conocer a ustedes las conclusiones que presentan los ingenieros que realizaron el estudio, conclusiones que básicamente son las siguientes:

Primero, los tratados de México con Estados Unidos, que fijaron la frontera, son básicamente dos, el de Guadalupe Hidalgo; y luego, con una modificación dolorosa, el de la Mesilla.

El de la Mesilla fue firmado, fue el último que se firmó, el 30 de diciembre de 1853, por el entonces Presidente Antonio López de Santa Ana.

En estos tratados se hace una descripción precisa y exacta de dónde estará establecida la frontera. Con esto, pues, no hay la posibilidad de una duda y de que se tengan que hacer una serie de conclusiones o inferencias para definir en dónde va la frontera, no.

La frontera se describe topográficamente, con absoluta precisión, en los tratados correspondientes.

Esto da lugar a que al ir a hacer la revisión de la ubicación que tiene la frontera actual, nos encontramos con diferencias que consisten básicamente en dos puntos: uno, en la frontera de México con Estados Unidos, en el área de Juárez-El Paso, en el estado de Chihuahua y en donde se tiene una diferencia de mil 500 metros por 50 kilómetros, que arroja una diferencia de 8 mil hectáreas, que están sustraídas del territorio nacional y que corresponden, que se encuentran ahora en el estado de Nuevo México y debieran estar en el estado de Chihuahua.

Por otra parte, un problema que se presenta en el cruce del Meridiano 111, con el paralelo 31-20, lo cual no se da en esta forma precisa en la realidad y hay un desplazamiento de siete kilómetros.

Estos siete kilómetros de desplazamiento en este vértice de la frontera en Sonora con Arizona, da una diferencia, según aquellos estudios, de 75 mil kilómetros, según éstos una diferencia menor, cuyas cantidades se las daré en específico en unos momentos y también por escrito.

Este estudio se hizo partiendo de una base muy sencilla, la frontera actual está monumentada, es decir, hay monumentos, mojoneras que están a cierta distancia y en esa frontera, tanto INEGI como la Comisión Internacional de Límites y Aguas, pusieron equipamiento moderno con GPS, es decir, cualquiera que entre al material publicado por CILA  y por INEGI, va a poder encontrar estos monumentos en la frontera.

Al hacer la revisión de la ubicación de estos monumentos colocados de manera oficial por instancias mexicanas, encontramos que están mal ubicados.

Y con base en eso, en comparar esta frontera monumentada con la frontera que establece el tratado, es que estamos señalando de estas diferencias.

Lo grave es, no solamente las diferencias que se tienen, hay dos aspectos que debemos resaltar:

Uno, que estas diferencias ya fueron reclamadas por México desde los tiempos del Presidente Porfirio Díaz, a los Estados Unidos, y no se siguió la secuencia de estas notas diplomáticas presentadas por México.

Pero lo más grave es que cuando hice la presentación del punto de acuerdo en el pasado mes de diciembre, hubo declaraciones del Presidente Comisionado de CILA, afirmando que no hay ninguna diferencia en la frontera, y que todo está bien.

Con este peritaje estamos demostrando que la frontera está mal, pero no solamente que está mal, sino que de una manera absurda se trata de esconder, camuflar o ignorar que existen estas diferencias y lo más grave es que lo hace justamente quien está comisionado para cuidar y resguardar los límites del territorio nacional para que éstos no sean movidos, cambiados o ubicados en un lugar que no corresponda al que establecen los tratados, que los tratados son la ley.

Esto pues lo señalo porque me parece que en esto está implícito, no solamente territorio nacional, 436 kilómetros de frontera que está mal ubicada, una pérdida que no es pérdida, sino una sustracción de territorios, no podemos declararlos perdidos, están sustraídos, se están restando del territorio nacional y hay que sumarlos ahora mediante una acción que los reincorpore.

Esto implica toda una serie de gestiones del Gobierno de México con el de Estados Unidos para hacer las correcciones.

Que es problema, sí es problema; que es difícil, sí es difícil, pero estamos obligados todos los mexicanos, estamos obligados los senadores, las senadoras, está obligado el Senado de la República y está obligado el Poder Ejecutivo a hacer las gestiones para hacer la reincorporación del territorio nacional que está sustraído.

Me parece que no es ocioso señalar que quien mueve los monumentos y la señalización que demarca el territorio nacional y quien pretenda hacer engaño con esto, queda incluido en el artículo correspondiente, que señala el Código Penal Federal de traición a la Patria.

Me parece que las traiciones a la Patria fueron ya bastante costosas por quienes firmaron aquellos tratados en el Siglo XIX -lo acabo de mencionar al inicio de esta conferencia- y me parece que en el Siglo XXI nadie, estoy seguro que ningún mexicano, está dispuesto a ceder un palmo de terreno o a que de facto ese terreno esté bajo el dominio de un gobierno, de una nación que no sea México.

Por esta razón, pues, independientemente de que la construcción del muro vaya disminuyendo en intensidad, respecto de la posibilidad de su construcción, con todo el material sólido que hacía una verdadera fortaleza en la frontera separando a las dos naciones, me parece que independientemente de que sea inminente o no la construcción del muro, dados los acontecimientos recientes de tipo presupuestal en Estados Unidos, el hacer la correcta ubicación de la frontera es una obligación, así lo he notificado al presidente de la Mesa Directiva del Senado, para que se actúe en consecuencia, sin que haya posibilidad de que como senadores, como no hay la posibilidad de que lo hagamos los mexicanos, se ceda de hecho lo que nos corresponde de derecho.

Esto es lo que tengo para presentarles. Hay, en los estudios detalle y conclusiones, que obviamente se explican por sí mismos, vienen planos, vienen mapas y si hubiera algo adicional que comentarles a esto, estoy con mucho gusto a su disposición.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS.-

PREGUNTA.- ¿Quién tendría que actuar para interponer un juicio y si recurrirían a instancias internacionales, en caso de omisión, o de que no hicieran caso al  Gobierno federal?

Si este asunto retrasaría también la construcción del muro por un eventual  juicio ante instancias internacionales.

-SEN. PATRICIO MARTÍNEZ GARCÍA.- Mire, me parece que la ruta crítica de un asunto de éstos es, primero estaba una tesis que había que confirmar; se lo presenté al Senado para que designara una comisión que estudiara técnicamente esto, no se hizo nada.

Presenté el punto de acuerdo, lo mandaron a una comisión. Y como sucede en muchos casos de puntos de acuerdo, eso se queda congelado en la Antártida de una comisión o consumiéndose en las llamas de los infiernos sin ninguna posibilidad de salir de ahí.

Visto esto y vista la importancia que tiene el asunto, me aboqué personalmente a contratar a quien hiciera estos estudios. Los estudios no dan en forma precisa la confirmación de las tesis anteriores y establecen el por qué; no quiere decir que las diferencias no existan en toda la dimensión que se habló antes, 85 mil hectáreas.

Dicen los estudios que con los elementos que cuentan satelitalmente, determinan diferencias por 56 mil hectáreas y que al hacer trabajos de campo, se haría la conciliación de estas diferencias.

Pero, siguiendo su pregunta, al confirmarse las diferencias en donde ya no es una hipótesis, sino un peritaje, como es el caso, los que procede es que al conocer de esto el Senado, me parece que el Senado, la instancia mexicana con preeminencia sobre los asuntos internacionales, no tiene la posibilidad de ignorar este asunto y tiene desde mi punto de vista la obligación de darle continuidad, con un primer paso, llevando ante el Poder Ejecutivo, ante el área correspondiente que es la Cancillería, el tema, el cual a su vez ya lo hice llegar la semana pasada al señor Secretario de Relaciones Exteriores, y que con esto, se continúe con las gestiones diplomáticas que se iniciaron en el tiempo de Porfirio Díaz, y que se atienda por la vía diplomática esta diferencia que tenemos en nuestra frontera.

¿De ahí qué es lo que se puede seguir? Que se llegue por la vía diplomática a un acuerdo, acuerdo que obviamente tendrá que ser sancionado por el Senado de la República, y quiero decirle que si a mí, senador, un día me llegara una propuesta en donde se hiciera una negociación que cediera un palmo de terreno nacional, no la aprobarían.

Porque me parece que en el Siglo XXI, “Santanas” en México, todo mundo lo rechazaría y como senador no podría quedar sometido al señalamiento de que hubiera cedido parte del territorio nacional.

Así pues, la negociación tendrá que hacerse con la rigidez que tiene la frontera establecida en un tratado, que tiene una rigidez absoluta y que a la letra del mismo se establece esta rigidez.

¿De ahí qué puede seguir? Lo que puede seguir es que venga una cuestión ya judicial, litigiosa, y no sería la primera vez que México presentara un asunto de esta naturaleza ante los tribunales internacionales.

Ya lo hizo, un caso muy sonado, el caso del Chamizal, en donde el Río Bravo desvío 240 hectáreas de México y las dejó del lado de Estados Unidos.

El Presidente Benito Juárez hizo ese reclamo y duraron muchos años esos litigios, pero el Tribunal de La Haya le dio la razón a México y al final se hizo la devolución de esos territorios que habían sido sustraídos del territorio nacional por un accidente hidrológico.

Espero con esto haber dado respuesta a su pregunta.

Nada más quiero confirmar pues, que …

PREGUNTA.- La posición del presidente del Senado ante este documento que está presentando, cuál ha sido y qué pasos podría dar hacia adelante, en vista de que no hay Pleno de aquí hasta septiembre?

-SEN. PATRICIO MARTÍNEZ GARCÍA.- Dada la saturación de, sí, dada la saturación de temas que tuvimos al cierre del último Periodo Ordinario de Sesiones, el material lo hice llegar por escrito, con la epístola correspondiente y no he tenido una comunicación personal sobre este tema con el presidente de la Mesa Directiva.

Pero esperamos que ya en este remanso del receso, se tenga la posibilidad en la directiva de ir dándole curso, el curso correspondiente a estos materiales.

Muchas gracias.