* Intervención de la senadora del Partido Revolucionario Institucional, Lisbeth Hernández Lecona, en la inauguración del Tercer Congreso de la Familia y de Desarrollo Humano, el miércoles 29 de marzo de 2017.

Muy buenos días, bienvenidos sean todos ustedes al Senado de la República, la casa del pueblo, donde se discute, donde podemos nosotros llegar hasta una iniciativa de ley que tenga una perspectiva de familia.

Hoy estoy muy contenta, no sé ustedes. ¿Cómo están el día de hoy? ¿Bien? Sí tenemos por qué estar bien, porque nos permite el día de hoy no solamente ser espectadores, sino nos permite ser actores de los acontecimientos sociales, unos como legisladores, otros como servidores públicos, otros como organismos de la sociedad civil, otros como estudiantes, pero simple y sencillamente como integrantes de una gran familia.

Eso es lo que hoy aquí nos llama este día, este Congreso Nacional de Familia, que es el número tres que organizamos y que lo quisimos hacer precisamente en la sede del Senado de la República, porque hoy estamos haciendo historia; hoy estamos fomentando una conciencia de la institución familiar, que hoy más que nunca requiere que todas y todos pongamos nuestro mejor esfuerzo.

Me da mucho gusto que hoy que nos acompañen, bienvenidos los congresos locales. Yo veo aquí a un presídium de mujeres, hay un hombre, qué bueno que está destacada la participación de los hombres, porque es un tema que nos debe involucrar a todos: hombres, mujeres, jóvenes.

Veo un público también muy nutrido de jóvenes y qué bueno que ustedes también están atendiendo a este llamado.

Gracias a mis amigas senadoras, incansables, trabajadoras, que han puesto no solamente por el tema, sino porque tienen una familia muy hermosa.

Gracias a Rocío Pineda Gochi, amiga senadora; senadora Angélica Araujo, porque he convivido con ellas, no solamente en la parte profesional, sino en la parte humana, en la parte donde conocemos a los hijos, a los esposos y eso me llena mucho de agrado, que ustedes son un ejemplo.

Así como mi amiga la senadora Silvia Martínez, gracias senadora de Acción Nacional, porque este un tema que no es de colores; es un tema que nos une a todos y es muy sensible su participación.

A mi amiga la senadora Michelle Barrón, una mujer joven, que también ha entrado a esta dinámica importante del Senado y no importa la edad que tengamos, sino que ella tiene una gran trayectoria. Gracias, Michel Barrón.

A mis amigos diputados y diputadas, qué bueno que están con nosotros. Los he seguido, aunque no los conocía personalmente, pero hemos seguido su trabajo por sus redes, por el Congreso, y he acompañado a la diputada Leslie Hendricks, que me ha invitado a Quintana Roo; aquí vienen desde Quintana Roo a Chihuahua, vienen del centro, del norte y del sur-sureste de nuestro país, y qué bueno, te felicito por tu trabajo, has hecho una gran labor allá, en Quintana Roo. Leslie Hendricks, gracias.

Gracias también al diputado Israel Fierro, de Chihuahua,            que representa muy bien aquí a los hombres; aquí hay dos varones, gracias.

Gracias también a la diputada Lizeth Sánchez, de Puebla. Me invitaron a UPAEP a un evento, en Puebla tienen mucho trabajo y la conciencia de la institución familiar. Muchas felicidades.

Humberto Cuautle, de Tlaxcala, también muchas gracias por su visita.

María de Jesús, de Tamaulipas. Mariana Bautista, de Hidalgo.

Creo que por ahí me faltó alguien más. De Aguascalientes, también que nos acompañan, muchas gracias por acompañarnos, Palomas Cecilia.

Gracias a todos ustedes compañeros diputados, presidentes de las comisiones locales del tema que tiene que ver con familia.

A mi amigo, el senador Burgos, el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales. No se quiso pasar para acá, senador, porque sé que está con una agenda muy ardua, pero es un hombre también de una familia honorable, ex gobernador de Querétaro y siempre apoyando solidariamente el tema de los valores.  Gracias, mi senador Burgos, por acompañarnos.

A las asociaciones civiles, universidades, especialistas, medios de comunicación que nos acompañan, el Canal del Congreso, quien nos está viendo desde sus televisiones, gracias por participar.

Al público en general, en nombre de esta Comisión de la Familia y Desarrollo Humano, sean bienvenidos a esta su casa.

Es para mí un gran honor que nos acompañen en este Tercer Foro Nacional, que busca generar espacios institucionales para el análisis, para el intercambio de especialistas, de académicos, de órganos de gobierno, de legisladores para la protección y fortalecimiento de las familias mexicanas.

Celebro que en esta edición se aborde un tema que convoca a la unidad y al trabajo conjunto de todos los sectores de la sociedad.

Estoy convencida que la familia es la estructura que da sentido a la vida económica, política, social y cultural; es la base sobre la que se construye la identidad, los principios y los valores de las personas y la premisa básica para alcanzar un desarrollo humano sustentable.

Es de suma importancia destacar que sin duda una de las grandes riquezas humanas y sociales de la cultura mexicana, es el valor de la familia.

El desarrollo de México no se puede entender sin el papel central que ha jugado ésta como institución básica, en la formación y realización de los individuos.

Es en la familia donde se puede aprender el principio fundamental de la solidaridad, que no es responsable no sólo del destino propio, sino el destino de los demás.

Es ahí donde verdaderamente puede fundamentarse un desarrollo humano integral basado en el amor.

En México, como en el resto del mundo, la sociedad está cambiando y con ella también se está transformando la vida de las familias y de las personas.

Tenemos que ver que son ya millones de niños los que nacen o se forman en el seno de una familia integrada únicamente por la madre y su hijo, el padre y su hijo.

En México va aumentando el número de familias que están encabezadas por una mujer, también presenciamos cada vez más que, de acuerdo con la legislación civil, la práctica de divorcio propicia que muchas familias vivan un proceso de desintegración familiar.

Este fenómeno es real y aunque preocupante, es fundamental, que lo tenemos que enfrentar todos.

Esta situación debe llevarnos a impulsar, a fortalecer más que nunca esos lazos de familia, fundadores de valores éticos y morales, y en el respeto recíproco entre sus miembros.

El hecho de que estos fenómenos ocurran cada vez más, no debe llevarnos ni a ignorarlos y menos a dejar en el desamparo a quienes viven en esta situación.

Tenemos que encontrar la manera de apoyar a quienes por diversas razones están en situaciones de vulnerabilidad.

Es responsabilidad del Estado reconocer y tutelar la familia, que es la célula básica de la sociedad. A los gobiernos nos corresponde este papel subsidiario y solidario, de crear condiciones de seguridad económica, social y política, que hagan posible el pleno desarrollo de las familias y de cada uno de sus integrantes.

Tal y como lo establece el artículo cuarto de nuestra Constitución, que dice que la ley protegerá el desarrollo de la familia. En ese tenor, es por eso que estamos hoy aquí reunidos.

Debemos también sumar esfuerzos para impulsar políticas públicas transversales, que atiendan integralmente las necesidades de las familias y realizar acciones contundentes para su desarrollo y bienestar.

Quiero invitar a mis compañeros legisladores y a la sociedad civil, a quienes se encuentren interesados en el tema, a sumarse a un proyecto que ya ha venido planteándose con anterioridad y que cada vez va tomando mayor fuerza con el respaldo de organismos internacionales, como es el caso de la OEA.

Hoy quiero extenderles la invitación a formar parte de un Frente Parlamentario por la Protección de la Familia, que busca ser un espacio permanente de debate, intercambio y reflexión en torno a la implementación y mejora de instrumentos que garanticen la protección de la organización y desarrollo de la familia, además de sumar esfuerzos para construir compromisos y acuerdos políticos nacionales, pero además internacionales en torno a la protección de la familia como institución básica de una sociedad.

Familias fuertes, naciones grandes. Con lo anterior, se pretende que el intercambio de buenas prácticas en la elaboración de leyes y políticas familiares, contribuya a un desarrollo más amplio de programas y estrategias orientadas a la protección de la familia.

El exhorto es sumarse a este proyecto, el cual estoy segura recogerá experiencias de todos ustedes, que se encuentran en la labor de impulsar el tema de la familia.

Este foro nos dará para retroalimentarnos, tanto de lo que ustedes están haciendo en sus congresos locales, como una agenda que estamos llevando a cabo a nivel nacional, a nivel del Senado de la República.

Los trabajos que se realizarán en este Tercer Congreso de Familia se sumarán a estas nuevas propuestas, para encarar los retos que enfrentan las familias en nuestra sociedad.

Agradezco enormemente a los especialistas que participarán durante estos dos días en las diferentes mesas de trabajo, por esa disposición de compartir sus investigaciones y sus experiencias a favor de las familias mexicanas.

Hoy es un momento especial, porque sabedores de toda la riqueza que cada uno de ustedes está aportando en el ámbito de su competencia, lo que queremos es sumar esos esfuerzos, que no queden en esfuerzos aislados, que podamos hacer el día de hoy, sembrar una gran semilla, que caiga en buen fruto y que podamos ser un árbol muy fuerte, a través de una convicción de un Estado mexicano que nos ayude a tener una perspectiva de familia, no solamente en la legislación, sino también en los planes  municipales, estatales, incluso nacionales de desarrollo, que establezcan como uno de sus ejes prioritarios, tener la perspectiva de familia.

Es muy importante poner hoy al centro de las actividades gubernamentales y del Estado mexicano, poner en el centro de la familia.

Muchas gracias a todo por su asistencia, por su convicción y por su trabajo.

¡Enhorabuena!

 

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