Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

* Ponencia  del senador Luis Sánchez Jiménez, del Grupo Parlamentario del PRD, Las consecuencias de la Reforma Energética y la pérdida de soberanía nacional, en el marco del VI Seminario sobre seguridad energética y cambio climático.

Luis Sánchez Jiménez (LSJ): Muy bien, gracias de nueva cuenta.

Gracias, maestro Ulises, nos hablamos de tú siempre pero ahora se puso muy formal y me habla de usted, somos amigos y compañeros de muchas cosas, de muchas causas.

Y por favor, le pido también a ustedes que con la misma familiaridad nos podamos tratar, me parece que esto es un ejercicio que podemos hacer muy novedoso.

Y dadas las condiciones que tenemos en el país, que son condiciones inéditas, por lo menos en estas generaciones, creo que podemos hacer un acercamiento mucho mayor.

En efecto, mi ponencia se llama Consecuencias de la Reforma Energética y pérdida de la soberanía nacional.

En noviembre de 2015, el gobierno mexicano presentó una solicitud para unirse a la Agencia Internacional de Energía.Esta organización internacional, creada en 1974 como contrapeso a lo que tenía en ese momento el control de la oferta por parte de la OPEP, pasó de esa función específica de coordinación en momentos de crisis de suministro de petróleo, pasó de eso a establecer políticas comunes a sus miembros en materias de seguridad energética, de desarrollo económico y, en muy menor medida, de protección ambiental, a eso se dedica esta Agencia Internacional de Energía.

El artículo 4 de su estatuto señala que su Junta de Gobierno, fíjense, tendrá el poder de hacer recomendaciones y tomar medidas vinculantes a todos los países miembros, lo que le confiere un carácter supranacional, en el caso de sus países miembros, el caso de México no será la excepción, con poder expreso en materia de energía. De modo tal que no fue menor la decisión adoptada por el Gobierno de Enrique Peña Nieto, dando un viraje a la política mexicana tras décadas de permanecer independiente de la OPEP y de la Agencia Internacional de Energía.

Vamos, es como si en sus casas decidiera el padre o la madre en algún momento, dadas las condiciones de que hay menos ingresos económicos, dadas las condiciones de que hay algunos problemas de inseguridad allá afuera, en las calles, en un momento decidieran ir a pactar con el cártel, el que quieran, el del Golfo, el que quieran, con un mafioso, para obtener, dicen, seguridad económica y seguridad en las personas y en sus bienes. Más o menos así están pensando estos: “ah, vámonos con la Agencia Internacional de Energía”, pues son unos mafiosos, es un cártel justamente que le gusta intervenir en los países y su estatuto lo dice, las recomendaciones son vinculantes, o sea, los países miembros están obligados a aceptar las recomendaciones, no son sugerencias, perdón, ni siquiera son recomendaciones, son instrucciones.

Aquella decisión, esa decisión de incorporarse a esa agencia, es parte de la política energética adoptada por este gobierno y adoptada a partir de la Reforma Energética del 2013 – 2014, dando un paso más en el proceso de integración energética dependiente de los Estados Unidos, estrategia que una y otra vez hemos denunciado como errónea, por considerar que compromete la seguridad energética del país y vulnera la soberanía nacional.

O sea, ésta sola decisión ya podemos decirlo así en este sentido, compromete la seguridad energética de México y por supuesto que vulnera nuestra soberanía.

¿Cabe alguna duda del riesgo que corre nuestro país ahora que el próximo Secretario de Estado del gobierno de Donald Trump, es el ex presidente de la compañía petrolera Exxon?, ¿o sea, todavía cabe alguna duda en ese sentido?

Durante la discusión de la Reforma Energética en 2013 y 2104, impulsada por el Gobierno federal y aprobada, hay que decirlo una y otra vez, por el PRI, por el PAN, por el Vede Ecologista y por Nueva Alianza, advertimos nosotros aquí en el Senado mismo en esos días de discusión que tuvimos, advertimos del objetivo privatizador que escondía el conjunto de medidas que implica la participación de la iniciativa privada, nacional o extranjera; destacando el propósito(siempre negado por los gobiernos, incluso, de Calderón y después de Peña Nieto) de desmantelar a PEMEX, siempre dijeron que no era a propósito, dijeron que no era propósito hacerla insolvente e inoperable, para justificar la pretendida necesidad impostergable de entrada de capital privado en el negocio del petróleo y sus derivados.

Nos decía aquí el maestro Ulises sobre la explotación de los campos petroleros en aguas profundas y eso fue en efecto una de las justificantes reiteradas de que no teníamos ni el dinero suficiente ni la capacidad tecnológica ni el personal preparado para ir a hacer la investigación y explotación en aguas profundas y esto es una mentira.

Es una mentira rotunda, en la misma información de Pemex, si se meten en la página de Pemex, está lo que han hecho nuestros ingenieros, ir a lo que es la zona del Cinturón plegado perdido y perforar a 2 mil metros de tirante de agua más 2 mil 500 después del suelo marino y encontraron el petróleo, y hay tres campos descubiertos.

Saben que está ahí el petróleo, no lo hemos explotado porque, bueno, la explotación implica, sí por supuesto, algo más de tecnología. Por cierto, sí está en renta en el mercado, hasta pudimos haber hecho eso, pero no, acaban de licitar justamente esos campos petroleros.

Insistimos una y otra vez que México necesitaba no sólo vender petróleo crudo, sino agregarle valor, ofreciendo, por ejemplo, gasolinas y lubricantes de mayor calidad y valor en los mercados nacional e internacional.

Sin embargo, una a una, las decisiones del Gobierno federal respecto a la dependencia energética ponen en riesgo la seguridad nacional, insisto en ello.

En 2014 el gobierno de Peña Nieto canceló definitivamente la creación de la refinería en Tula, derivada de los acuerdos de la Reforma Energética de 2008, que se decidió que se construyera, generando un daño patrimonial por más de 6 mil 200 millones de pesos. No se consideró ningún proyecto alternativo y en su lugar se continuó con la importación de gasolinas.

Vender petróleo y comprar gasolinas, en efecto, es como ya se ha dicho en muchos momentos, vender los limones, las naranjas, y comprarles el jugo. Vender petróleo y comprar gasolinas, en efecto, es este efecto.

La importación de gasolinas ha mantenido un alza creciente desde 2004 cuando representaba menos del 10 por ciento de las ventas totales. Ahora, incluso en la publicidad del Gobierno federal se da cuenta del grado de dependencia extranjera y se reconoce que más de la mitad del consumo nacional de gasolinas es vía la importación.

Pasamos en el 2004 de tener el 10 por ciento de importación, ahora, como lo dije aquí, al 69 por ciento, para más precisión, los meses de julio y septiembre se importó el 69 y 68 por ciento de las gasolinas que consumimos.

La demanda de gasolina en México es de las más altas en el mundo y crece a un ritmo de 6 por ciento anual. Ya sea con relación al parque vehicular nacional o bien, medido en forma per cápita, en nuestro país se realiza un consumo mucho mayor que en otros países como Alemania, Chile o Brasil.

¿Podemos seguir dependiendo de las importaciones de gasolinas, diésel, gas natural y LP sin poner en riesgo la seguridad energética de México? Por supuesto que no.

¿Qué debe hacer México?, ¿depender de las importaciones de gasolinas sin poder controlar precios internacionales ni la paridad del peso con el dólar, o invertir en las refinerías y crear otras más? O sea, la respuesta creo que es más que obvia.

Ya lo decía también Ulises, países no productores de petróleo como India, Corea del Sur y Japón decidieron hace varios años convertirse en procesadores y refinadores de petróleo, ahora son verdaderas potencias exportadoras de derivados refinados, garantizando su abasto nacional.

Ellos no son productores de petróleo, ellos compran, construyeron sus refinerías, procesaron el petróleo y ahora lo venden. Y nosotros no hicimos nada de eso, bueno nosotros no, “aquellos” no hicieron nada de eso.

Sí hay alternativas y sí es posible hacer las cosas de otro modo, lo sostengo.

En el nuevo escenario de precios fijados por el libre mercado y el acoso del nuevo gobierno estadounidense, cobra mayor interés construir nuevas refinerías en nuestro país. De hecho, el terreno en Tula, Hidalgo, sigue ahí, con su barda perimetral y listo para comenzar a construir.

Por otra parte, debo referirme de manera obligada a la actual coyuntura de alza en los precios de las gasolinas y el diésel.

Antes de la Reforma Energética, los privados no podían importar gasolinas, ni almacenar, ni transportar y tampoco comercializar estos combustibles. Todo esto es posible gracias a la Reforma Energética.

La llamada “apertura de las gasolinas” está contenida en la Ley de Hidrocarburos y originalmente tenía contemplado que esto ocurriera en el 2018, pero se adelantó un año, para este 2017, como también se adelantó la entrega de permisos para que privados puedan importar gasolinas y diésel, que se otorgaron desde 2016.

Y esto es oportuno insistir en ello porque una y otra vez nos dice el secretario de Hacienda, el secretario de Energía, ahora el nuevo Canciller, que no es producto de la Reforma Energética el incremento a los combustibles, y por supuesto que si no se hubiese establecido desde la Reforma Energética, después en la Ley de Hidrocarburos, la liberalización de los combustibles, de las gasolinas, pues esto no habría sucedido.

Las importaciones que sigue realizando Pemex durante los últimos años, no han superado los 8 pesos por litro al mayoreo, ojo, 8 pesos por litro es en lo que está comprando Pemex, considerando los distintos tipos de cambio, ya considerando todo eso.

No obstante, en lo que va de la presente administración, las gasolinas han tenido incrementos que, en el caso de la gasolina Magna, superan el 53 por ciento.

En diciembre de 2012, el precio era de 10.81 pesos y pasó a 16.33 pesos por litro, en la actualidad aquí en la Ciudad de México, hay que recordar que ya hay precios diferenciados.

En cambio, los precios de la gasolina regular en la costa del Golfo en los Estados Unidos, que es de donde tomamos los precios de referencia, en Texas,  han variado en proporciones muy reducidas.

La gasolina regular se cotizó, en octubre pasado, en un promedio de 2.02 dólares el galón; en noviembre bajó a 1.95; y en diciembre volvió a colocarse en 2.02 dólares ese galón, lo que representa una fluctuación del 2 al 3 por ciento, es cómo se mueve allá la gasolina.

Estos precios equivalen a 10.8 pesos por litro al público, que no es el que compra Pemex, y son de los más bajos en los últimos cinco años, pues como sabemos estamos viviendo una fase de precios bajos en el mercado internacional del petróleo.

Luego, entonces no hay razón para argumentar que los precios de las gasolinas se tienen que aumentar porque hay un incremento internacional de los precios del petróleo, una mentira más para justificar este incremento, no existe ese enorme incremento en los precios internacionales como nos lo dicen, que motiva que nosotros estemos incrementando tal cual se incrementó los precios de las gasolinas aquí.

Es mentira que el alza de precios a las gasolinas no tenga que ver con la Reforma Energética. Los beneficiarios no serán los consumidores nacionales sino un puñado de inversionistas a los que se les protege desplazando a Pemex de este mercado, limitando su producción de gasolinas y generando condiciones artificiales de mercado para garantizar las ganancias privadas.

Pero no cualquier ganancia, o sea, estos incrementos a los precios les permite ahora a los que están vendiendo ya o van a vender las gasolinas, una ganancia muy superior a lo que estarían recibiendo si estuviéramos en condiciones de normalidad.

Aunado a eso, está la intención de permitir la creación, la construcción de 11 mil estaciones más de gasolina; hoy tenemos 11 mil ya, ¿a alguien le falta alguna gasolinería cerca de donde vive?, ¿alguien cuando va por el país se queda por ahí sin gasolina porque…?, ¿cómo podemos justificar 11 mil o 12 mil estaciones de gasolina más?

Bueno, pero ahora somos parte de la Reforma Energética y tiene reglas especiales, incluso los gobiernos municipales no podrán parar esto y una gasolinería se va a poder instalar cerca de un hospital, cerca de una escuela, cerca de una guardería o una instancia infantil,  o sea, no importa dónde, porque la prioridad es instalar la gasolinería y esto le protege las leyes que se hicieron en la Reforma Energética, entonces el caos apenas comienza.

Existe otra mentira enorme: la del subsidio de las gasolinas. Nos han dicho que si no incrementamos el precio de la gasolina, entonces tendríamos que subsidiar y entonces tendríamos que quitar servicios de salud y programas asistenciales, todo eso. Bueno, eso es falso.

En primer lugar, el decreto de presupuesto federal para el ejercicio 2016, el año pasado, si ustedes lo revisan, no contiene ninguna partida para el subsidio a las gasolinas de consumo general, no lo contiene.

La ley de presupuesto, en sus artículos 74 y 75, establece que los subsidios deben estar contenidos explícitamente en el presupuesto. Siempre que hay un subsidio, debe estar en el presupuesto. Sí hay un subsidio, por ejemplo ahora, para los combustibles que se utilizan para el campo y ahí lo establece, es un subsidio chiquitito, lo establece, pero jamás establece un subsidio de los 200 mil millones que hablan para las gasolinas.

De tal modo que si no existe registro del subsidio a las gasolinas en el mencionado decreto, legalmente no existe subsidio alguno. Tampoco está en el del 2017, tampoco existe subsidio para este año, tomo el año pasado para decir “a lo mejor el año pasado y lo quitaron”, pero no, revísenle hacia atrás y ustedes no van a encontrar subsidios a las gasolinas, ¿de cuál subsidio me hablan?, ¿a qué 200 mil millones de pesos se refieren?

Si el cálculo para este presupuesto 2017 está considerado incluso con el precio de la gasolina, el que teníamos en diciembre de 2016 y un pequeño incremento como lo vamos a ver, que después resultó no tan pequeño.

Por eso, cuando el Presidente pregunta “¿qué hubieran hecho?”, la respuesta inmediata es que los precios de las gasolinas deben regresar al nivel que tuvieron en diciembre de 2016, porque no hay subsidio y no se justifica de ninguna manera ese incremento.

El gobierno federal debería sustentar legalmente el supuesto subsidio otorgado por existir diferenciales de precios entre lo que paga por importar gasolinas, el costo de producción a cargo de Pemex y, en su caso, una comercialización y venta al consumidor a un precio inferior. Eso sí sería un subsidio, pero no hay tal, mucho menos en los últimos dos años.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público calcula recaudar este año 284 mil millones de pesos, un poco más de los 239 mil millones de pesos que recaudó el año pasado, o sea el año pasado 239 mil millones de pesos por el impuesto a las gasolinas, ahora 284 mil millones de pesos, 45 mil millones más.

En el 2015 fue la recaudación cercana a los 198 mil millones de pesos; pasa de 198 a 239 y ahora a 284, o sea, vamos estas ganancias adicionales incluso serán mayores porque así está calculado pero como se les pasó la mano van a ser mayores que esto. Y esos recursos que no están etiquetados, por cierto, pues no sabemos adónde se van a ir.

Eso que supinos hace un rato que Hacienda está considerando no aplicar el gasolinazo que viene, bueno, no sé si es el del próximo 4 de febrero, pero hay otro para el 10 de febrero, pero luego hay, para el 18 de febrero ya se deja libre.

Miren, qué sucede si lo aplicaban así de inmediato, a rajatabla, la cotización del dólar el 31 de diciembre del año pasado estaba en 19 y fracción, ahora como amanece hoy está en 21 y fracción, pensamos que son dos pesos más, si el 4 de febrero ellos intentan aplicar su medida que tienen, tendrían que incrementarle sus dos pesos más a precio del litro de gasolinas y diesel y rápidamente llegaría la Premium a los veintitantos pesos.

Por eso lo están pensando, pero no creo que lo eviten, lo van a tener que aplicar tarde o temprano, en un momento o en otro porque además ése es el compromiso con los inversionistas, dejar ya libre el precio para este mismo año, si no para qué se avientan toda este pleito.

Como le gusta siempre comparar al Gobierno federal, le comparo ahí algunas cuestiones que estas ganancias equivalen a dos veces al presupuesto del CONACYT o a la construcción de 41 hospitales generales, así de ese tamaño son las ganancias.

Ya no se diga todo lo que se podría realizar sin los miles de millones de pesos perdidos producto de fraudes y corrupción de gobiernos que ya conocemos.

Como es evidente, el Gobierno federal tiene un interés, también, de carácter recaudatorio, ya que se ha convertido en el componente para equilibrar las finanzas públicas por la pérdida de ingresos petroleros. El IEPS y el IVA son las nuevas “gallinas de los huevos de oro”, tampoco se ha muerto la otra gallina, por más que le han apretado el pescuezo, no la han matado, sigue ahí con grandes yacimientos de petróleo, todavía para muchos años.

Concluyo refiriéndome al ranking que el Consejo Mundial de Energía elabora considerando necesario conciliar tres dimensiones del desempeño energético de una Nación.

Ellos miden la seguridad energética, la equidad de acceso a la energía y la sustentabilidad ambiental. A partir de estas tres premisas, el Consejo elabora, desde 2011, índices de desempeño energético por países.

En 2015, el índice ubicó a México en el sitio 55, dentro de los 130 países para los que se calcula. Pero un año antes, en el 2014, estábamos en el 37, o sea, bajamos del lugar 37 al lugar 55. El descenso afectó las tres dimensiones que se marcan: descenso de 7 posiciones en seguridad energética –o sea, nos lo están midiendo ya, este país no tiene seguridad energética, de inmediato, estoy hablando de 2015, para el 2017 seguramente que habremos bajado más todavía-, de 18 posiciones bajamos en acceso a la energía, o sea el acceso que tiene la ciudadanía a la energía bajó también 18 puntos, y de 6 en sustentabilidad ambiental, o sea, reprobados, vamos para abajo del lugar 37 en un año pasamos al lugar 55.

La calificación del 2016 aún no está, pero sería muy importante estar muy al pendiente de ver cómo nos califica este año con estos nuevos problemas.

¿No debería el Estado mexicano tomar cartas en el asunto antes que abandonar a la población a la suerte que le depare el libre mercado, en un ámbito tan relevante como el de los combustibles?

Desde el Grupo Parlamentario del PRD en el Senado y de manera comprometida, personalmente seguiré trabajando por revertir esta política energética que vulnera la soberanía nacional y compromete la seguridad energética de nuestro país.

Pero antes quisiera comentarle brevemente, a ver, tenemos la amenaza de Donald Trump, la construcción del muro, imponer impuestos, que ya se dieron cuenta que poner un arancel a las importaciones desde México no les iría bien –por cierto, cuando dicen que el muro lo paguen los narcotraficantes, ¿les van a poner un impuesto?, ¿cómo le van a hacer?, vean, de aquel lado también gente que no piensa muy bien.

Pero producto de la Reforma Energética, justamente tenemos las rondas de licitaciones de todo lo que hay de petróleo en el país. ¿Y si paramos las rondas de licitaciones?, ¿si las suspendemos?, ¿qué sucedería?, ¿quién presionaría a Donald Trump para que le baje a las presiones a México, a las amenazas, para que le baje a las deportaciones que se van a empezar a dar –que ya se están dando hoy-?, pues los petroleros de Estados Unidos.

Para hoy la ronda de licitaciones, posponerla un año, anunciar “posponemos un año la ronda de licitaciones”, ésa sola medida que no afectaría a ninguna empresa de manera directa, en Estados Unidos, esa sola medida nos daría a nosotros una postura de firmeza, y pararía de ya mismo a Donald Trump.

Exxon, justamente Exxon, de la que su vicepresidente fue director, tiene pendiente firmar con México el contrato de una licitación que ganó, ¿si la suspendemos?, ¿si la paramos?, podríamos hacerlo. O sea, tenemos maneras de hacer valer en México la fuerza que tenemos incluso todavía como país productor de petróleo, pero no se hace ni creo que se haga porque tenemos al frente de la negociación a un personaje que ha sido clave fundamental para todo esto.

Luis Videgaray fue el operado de esta Reforma Energética, fue el responsable de aplicar esta Reforma Energética, no solamente de su aprobación sino de su aplicación y hoy, que está en la Cancillería, está al frente de las decisiones que se toman, no en la Cancillería, sino en su conjunto en el país, es el verdadero mandamás aquí en el país.

Muchas gracias, buenas tardes.

https://www.youtube.com/watch?v=sMKRZKE_kHo 

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