Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

* Versión de la conferencia de prensa concedida por el senador Jorge Luis Preciado Rodríguez

SENADOR JORGE LUIS PRECIADO RODRÍGUEZ (JLPR): Muy buenos días.

Gracias a todos ustedes por estar presentes este día.

Voy a leer un documento que hemos preparado con la intención de comentarles algunos detalles que hemos visto en los últimos días.

En los últimos días hemos visto al Presidente de los Estados Unidos emitir órdenes ejecutivas una tras otra.

Órdenes que van desde levantar un muro en la frontera México-Estados Unidos, sancionar a ciudades santuario; es decir, ciudades que les dan ciertas libertades a los inmigrantes.

Señalar que pueden utilizar policías locales para detener inmigrantes, mantener detenidos a inmigrantes aun y cuando no se haya resuelto su situación legal; es decir, anteriormente cuando se detenía a un inmigrante y éste iniciaba una acción legal, podía enfrentar esa acción legal en libertad; hoy se le quiere mantener en prisión hasta en tanto no se resuelva su situación.

Expulsar a los dreamers aun y cuando su estancia sea legal en los Estados Unidos, por acuerdo de Barack Obama y hasta la amenaza de militarizar la frontera.

Lo que nosotros hemos visto, o lo que yo he visto, es que no ha habido una postura firme, seria, fuerte por parte del Gobierno mexicano. No hemos visto una respuesta contundente.

Más allá de tratar de negociar por las buenas y agachar la cabeza frente al impulso tuitero de Trump y con apenas reacciones muy esporádicas, en las que señalan que el Tratado de Libre Comercio será renegociado “ojo por ojo”, no hemos visto una posición firme del Gobierno mexicano.

Es por esta razón que estoy planteando siete puntos para equilibrar y proteger a los mexicanos que viven en los Estados Unidos y que creo que el Gobierno federal, a través de la Cancillería y de la Secretaría de Hacienda, debe valorar seriamente.

Primer punto: frente a la intención de los Estados Unidos de gravar las remesas que durante el año 2016 representaron 26 mil 970 millones de pesos y que puede afectar gravemente los recursos que reciben las familias mexicanas, le hacemos al Gobierno federal la siguiente propuesta: que la Secretaría de Relaciones Exteriores, dentro de los 50 consulados y la propia Embajada de los Estados Unidos, instale una oficina que permita realizar transferencias financieras de manera gratuita, desde los consulados y la Embajada hasta las oficinas de las delegaciones de Relaciones Exteriores en nuestro país, donde los familiares puedan recoger el dinero, sin que esto les genere un costo adicional.

Es decir, es sólo la voluntad de la Secretaría de Relaciones Exteriores y de la Secretaría de Hacienda para habilitar a los 50 consulados y a la Embajada, para que puedan ellos recibir el dinero de los inmigrantes y entregarlos en nuestro país sin costo para ellos.

Creo que eso vendría, de alguna forma, a resolver el problema de tratar de gravar las remesas por parte de los Estados Unidos.

Además de estas 50 oficinas de transferencias financieras, también la Secretaría de Relaciones Exteriores puede apoyar la casa de los migrantes con un objetivo: que pueda crear cooperativas de créditos entre sus miembros y, através de esas cooperativas que ya existen hoy en Estados Unidos, puedan enviar recursos a sus familiares que viven en nuestro país, también sin costo alguno o con un costo mucho más bajo de lo que hoy le está cobrando el mercado.

En segundo lugar o la segunda propuesta: hemos visto que el presidente Donald Trump intenta sancionar a las ciudades santuario que les dan facilidades de trabajo y libre tránsito a inmigrantes como Los Ángeles, Chicago, Illinois, Nueva York o Pennsylvania, por mencionar sólo algunas, sin que aparentemente podamos hacer nada; es decir, aquellas ciudades que hoy han servido de refugio para algunos inmigrantes donde no son perseguidos por la policía o no se les detiene, o cuando se les detiene por alguna falta administrativa, llámese una falta de tránsito, simple y sencillamente se les cobra la multa de tránsito, pero no son entregados a la  USCIS, a la oficina de migración que los puede deportar de Estados Unidos.

De hecho, a mí me tocó estar en dos de ellas, por supuesto, en Los Ángeles y Reno, Nevada, cuando estuve de ilegal en Estados Unidos, en las dos ocasiones estuve siete años por allá, trabajando de la tabla que es la uva para pasa, la una para vino en Napa; por supuesto fui mesero, fui lavaplatos, fui yardero, todo lo que termina en ero, yo lo hice en Estados Unidos, menos teibolero, y trabajé en IHOPE, The International House of Pancakes, y bueno todo mundo sabe la historia.

Pasé de ilegal por Tijuana, 39 horas caminando por el cerro, y la segunda vez pasé de ilegal por Nogales, Sonora, en la cajuela de un carro, de Nogales a Tucson y de Tucson hasta Phoenix.

Y, bueno, finamente me atrevo a hacer estas propuestas porque a mí me tocó vivir en Estados Unidos de ilegal, ahora sí que, a la sombra, en la oscuridad en donde quieres que nadie te vea, porque crees que cualquier autoridad mexicana o americana te va a expulsar.

De hecho, me tocó vivir 22 días debajo de un puente allá en Reno, Nevada, lo cual no se los recomiendo, porque hacía mucho frío, estábamos a menos ocho grados bajo cero.

Cuando vemos en las ciudades santuario ser señaladas por Donald Trump, lo primero que nos preguntamos es ¿qué podemos hacer los mexicanos frente a esas decisiones del Gobierno estadounidense?

Miren, yo quiero señalar lo siguiente: acabo de estar en Laredo, Texas y en Nuevo Laredo, Tamaulipas; y coincidió que fue el día sin inmigrantes. Un día antes algunos senadores hicieron una valla humana en El Paso y Juárez, y nosotros al siguiente día estuvimos en el festejo del abrazo, que se hace por 120 años entre Nuevo Laredo y Ladero, Texas.

Lo que vimos fue que los mall, como le dicen allá a estas tiendas departamentales, estuvieron solos, porque la gente de México que va a comprar a Estados Unidos ese día se organizó para no ir.

Entonces, cuando vimos que el día sin inmigrantes funcionó en Estados Unidos y muchas empresas cerraron ese día, porque no había clientes, nosotros queremos hacer el siguiente planteamiento.

Estados Unidos es nuestro principal socio turístico. En Estados Unidos, 20 millones de mexicanos cruzan la frontera a Estados Unidos cada año, para ir de turistas a Las Vegas, a Nueva York, a Disney World, a Estudios Universal; 20 millones de mexicanos y dejan una derrama de 20 billones de dólares cada año estos mexicanos que van a vacacionar a Estados Unidos.

La cantidad de mexicanos que van de turistas a Estados Unidos es superior a todos los turistas que puede enviar la Unión Europea juntos, a Estados Unidos.

Van más mexicanos de turistas a Estados Unidos que los que envía China, Japón, Alemania, Francia, Inglaterra, Portugal e Italia a Estados Unidos, por mencionar sólo algunos, juntos; es la mayor cantidad de turistas que llegan a Estados Unidos, son de origen mexicano.

¿Qué es lo que estamos planteando nosotros? Que, así como Estados Unidos, el Departamento de Estado emite una alerta para sus ciudadanos americanos, de que no visiten determinados estados por el tema de la inseguridad, nosotros queremos pedirle a la Secretaría de Relaciones Exteriores que emita una alerta para los ciudadanos mexicanos, para que dejen de visitar aquellas ciudades o aquellos estados que están adoptando políticas antiinmigrantes.

Es decir, si un gobernador, un alcalde o algún legislador de cualquier partido propone una medida que afecte a los inmigrantes en Estados Unidos, ese estado, esa ciudad debe ser señalada en una lista negra de la Secretaría de Relaciones Exteriores, para pedirle a los mexicanos que nos solidaricemos con nuestros connacionales en Estados Unidos y dejemos de visitar esas ciudades, para que no haya la derrama económica que hoy les estamos dando a esas ciudades, que no quieren a nuestros inmigrantes; pero sí quieren los dólares que llevan los turistas mexicanos para gastárselos ahí; ciudades o estados como Arizona, Arkansas, Texas, Florida, por mencionar sólo algunos.

Le vamos a solicitar a la Secretaría de Relaciones Exteriores que haga una lista negra, y ojalá mañana el Canciller en su comparecencia nos la pueda traer, y que la esté actualizando día con día, porque lo único que le va a meter presión a los senadores y a los representantes en el Congreso estadounidense es que sus ciudades pierdan dinero en función de las políticas que ellos están adoptando en la Cámara de Senadores o en la Cámara de Representantes, o si sus gobernadores o alcaldes tratan de utilizar a la policía estatal o municipal para detener a nuestros inmigrantes.  

Vamos a solicitar a la Secretaría esa lista negra de ciudades y estados norteamericanos donde no nos quieren y, por supuesto, pues si no nos quieren pues que no vayamos.

Tercero: se ha insistido mucho en retirar los beneficios a los inmigrantes o que los inmigrantes reciben en Estados Unidos.

Déjenme decirles que yo trabajé en Estados Unidos de ilegal, pero cuando trabajas en Estados Unidos de ilegal lo hacen con un green card, como dicen los gringos, falso.

Yo lo narró aquí en uno de los libros que escribimos sobre migración, pero dentro de este libro, nosotros señalamos también con cuánto contribuimos nosotros -y no lo estoy tratando de vender, de hecho, es gratuito-, con cuánto contribuimos los inmigrantes para el wallfren, disemploymentt, para seguridad social y, por supuesto, cuántas personas utilizan realmente estos servicios. Porque lo que sucede cuando trabajas con un green card de otra persona, quien recibe los beneficios es la otra persona.

Y el seguro social o el número de seguro social que va acumulando los beneficios es en favor de quien te lo está rentando o quien te lo vendió temporalmente. Realmente nuestros connacionales pagan mucho de impuestos, pero reciben muy pocos beneficios.

Entonces, inclusive hasta se cambia uno el nombre de vez en cuando. Yo recuerdo haber tenido seis nombres distintos.

Pero a lo que voy es que, hoy por hoy, nos están señalando que pueden retirar algunos beneficios de los inmigrantes como médicos, seguro social y, por supuesto, hay un impuesto que está planteando el gobierno, los legisladores de Florida, senadores de Florida, senadores locales, en el que tratan de quitar la igualdad de lo que paga un inmigrante, un estudiante ilegal, con lo que paga un estudiante legal. Y, obviamente, quieren que el estudiante ilegal pague más en las universidades públicas y privadas, que lo que están pagando los residentes, por poner un solo ejemplo.

Nosotros lo que planteamos y se los estamos planteando al Canciller, a través de este comunicado, y a través de sus medios, a la propia Secretaría de Relaciones Exteriores, es que nosotros también valoremos la posibilidad de imponer un impuesto especial para aquellos estadounidenses que han decidido residir permanentemente en nuestro país; porque ustedes saben que en nuestro país hay una gran cantidad de ciudades santuarios mexicanas, que los reciben con los brazos abiertos.

Y hoy tenemos a miles de ciudadanos estadounidenses viviendo en ciudades como Loreto, Baja California; como San Miguel de Allende, Guanajuato; como Chapala, Jalisco; en el lago de Chapala, 80 por ciento son estadounidenses que vienen a vivir ahí; Puerto Vallarta, Jalisco; Playa del Carmen, Quintana Roo y Cancún, sin dejar de mencionar mi estado, Manzanillo, tenemos una gran cantidad de estadounidenses, que vienen a vivir ya de manera permanente, a jubilarse, a descansar y a ellos se les da un trato preferencial. Nunca se les ha molestado, ni con el pétalo de una iniciativa.

Entonces, yo lo que pediría a la Secretaría de Relaciones Exteriores y a la propia Secretaría de Hacienda, que valoren la posibilidad de que en la reciprocidad de que nos impongan más impuestos a las remesas o que establezcan más sanciones para los inmigrantes, nosotros en una acción conjunta podamos establecer, iniciando en la Cámara de Diputados, un impuesto especial para los norteamericanos que vienen a residir de manera permanente en nuestro país.

Cuarto. Es claro que parte del discurso de la compaña de Donald Trump era señalar falsamente que le hemos quitado empleos a los ciudadanos americanos.

Miren, déjenme decirles que yo anduve en el corte de uva y no me acuerdo, en los años que estuve trabajando, ver a un gringo a un lado mío cortando la uva; no lo recuerdo. Recuerdo que trabajé de lavaplatos en IHOP, International House of Pancakes -no le estoy haciendo comercial, aunque los panqués están buenos- y no recuerdo que ningún lavaplatos de IHOP haya sido norteamericano.

Realmente no les quitamos ningún empleo, pero ¿qué está pasando? Es cierto que varias empresas norteamericanas se vinieron a México, pero se vienen porque la hora acá se paga en pesos y allá se paga en dólares, no es lo mismo pagarle 150, 200 pesos diarios a un mexicano, a pagar 10 dólares la hora, 10 dólares la hora son 200 pesos -al tipo de cambio del día de hoy- y sí trabajas 8 horas, estás hablando, que vas a ganar 80 dólares, son 1600 pesos. Pues esa es la razón por la que vienen a invertir acá en nuestro país.

Pero, hoy por hoy, Donald Trump ha amenazado a algunas empresas, sobre todo armadoras de carro, de que sí se instalan en nuestro país se les va a cobrar un impuesto especial en los Estados Unidos, y ya muchas desistieron de generar esos empleos que tanto ocupábamos en Nuevo León, que tanto ocupábamos en San Luis y que tanto necesitamos el día de hoy.

Por ello, yo le estoy proponiendo a la Secretaría de Hacienda y a la Secretaría de Relaciones Exteriores, que también valore la posibilidad de imponer un impuesto especial a las empresas financieras norteamericanas que permanecen en nuestro país; por tal motivo, sin esperar la renegociación del Tratado de Libre Comercio, la Cancillería y la Secretaría de Hacienda de valorar un impuesto especial a las ganancias financieras.

Les pongo un ejemplo de una empresa norteamericana, City Banamex -que es una mezcla del inglés y el spanglish- City Banamex o sea Banco de México, obtuvo durante el 2007, utilidades por 17 mil millones pesos; 2008, que fue la recesión, 12 mil 700 millones de pesos; 2009, 18 mil 800 millones de pesos; 2010, 22 mil 200 millones de pesos; 2011, 14 mil 800 millones de pesos; 2012, 18 mil millones de pesos; 2013, 18 mil 500 millones; 2014, 14 mil 200 millones; 2015, 18 mil 100 millones de pesos; 2016, el año pasado, 16 mil 600 millones de pesos; en total, al día de hoy, nada más una sola empresa norteamericana se ha llevado de nuestro país 170 mil 900 millones de pesos, lo que equivale al gasolinazo completo.

Entonces, por qué no, por qué ellos se llevan los empleos y se llevan a las empresas que van a invertir, pero sí se dejan en México a las empresas que les generan ganancias importantes que terminan en los Estados Unidos.

Por lo tanto, lo que nosotros estábamos planteando es que exista, sí se atreven los norteamericanos a imponer impuestos especiales a las remesas y a las exportaciones mexicanas, buscar los mecanismos para imponerle un impuesto especial a las empresas financieras norteamericanas que se llevan el dinero de los mexicanos a los Estados Unidos.

Cinco. En las negociaciones que se instalarán próximamente para la revisión del Tratado de Libre Comercio, le vamos a plantear al Canciller que sea obligatorio que una comisión del Senado participe en las negociaciones.

No estamos dispuestos los senadores a ratificar un tratado en el que no se nos llame a ser parte de la negociación.

Creo que es congruente con lo que ha planteado hoy el Gobierno federal, que quiere escuchar a todos los sectores, con la facultad exclusiva de ratificar los tratados internacionales desde el Senado, por lo tanto, le solicitamos a la Secretaría de Relaciones Exteriores la participación de una comisión especial del Senado en todas las mesas de negociación de Tratado de Libre Comercio.

Seis. Quiero proponer, y esto es un tema muy delicado, una modificación a la Constitución porque, en Estados Unidos hay 50 consulados, pero de los 50 consulados sólo se ratifican por parte del Senado, los consulados generales, es decir, 2, 4, 6, 8, 10, 12, 14, 16, 18, 20 consulados, pero el resto de los consulados son nombrados de manera directa por la Cancillería, ¿qué es lo que ha pasado? que la mitad de los consulados en los Estados Unidos no es gente del Servicio Exterior Mexicano, es decir, no es gente de carrera que tenga los conocimientos legales y de derecho internacional que permitan defender a nuestros connacionales.

Por lo tanto, para evitar esta discrecionalidad con la que hoy se ha nombrado a la mitad de los consulados en los Estados Unidos, estamos planteando la posibilidad de que éstos también tengan que ser --los 50-- ratificados por el Senado de la República.

Y séptimo, y último, queremos comentarles lo siguiente, en la historia de nuestro país y en la relación con los Estados Unidos desde 1848, que fue la invasión norteamericana, y el Tratado de Guadalupe Hidalgo y de Hansert, que regularizó las fronteras entre México y Estados Unidos en 1854, es claro que desde esas fecha la día de hoy no ha habido un solo terrorista que haya pasado por nuestro país para entrar a los Estados Unidos, uno solo, porque el gasto que destina México a combatir el terrorismo es bastante alto, pero además, hay que decirlo con todas sus letras, muchos países que han sido señalados por los Estados Unidos como riesgo para su nación, México les niega la visa para que entren a nuestro país, y eso es parte de la política México-americana, que permite que muchos terroristas que pudieran dañar a la nación norteamericana no utilicen a México como parte del camino para ir a hacer daño en Norteamérica.

Caso más claro, fue el que se les negó la entrada a los hijos de Muamar Gadafi a nuestro país, por mencionar sólo uno de muchísimos que conocemos.

Pero, quién sufraga este gasto, quién paga por controlar el terrorismo en nuestro país para que no entren a los Estados Unidos, pues México, pero no solo ese gasto de cada 10 centroamericanos o de cada 100 centroamericanos, en México se detienen 50, el 50 por ciento los detienen migración mexicana y los deporta.

Solo el ICE o el Border Patrol detiene a dos y sólo tres llegan a los Estados Unidos a quedarse, es decir, la contención que hace México para que los centroamericanos no lleguen a los Estados Unidos es brutal, y el gasto que se destina por parte de nuestro gobierno para proteger a los norteamericanos y que no llegue tanto centroamericano a su país, lo hace México.

Lo que nosotros estamos planteando es que en la mesa de negociación exista este tema y que el gasto de contención del antiterrorismo, y el gasto de contención de inmigración centroamericana hacia los Estados Unidos, sea un gasto compartido con nuestro país.

México no puede seguir cuidándole el patio trasero a los Estados Unidos, nos une una frontera de 3 mil 509 kilómetros y 60 centímetros, y quien se las ha estado protegiendo somos nosotros y no al revés, porque ellos sí dejan pasar remesas importantes de dólares ilegales para financiar los cárteles de la droga, y sí dejan pasar armas de las que hoy en el país hay 16 millones de armas norteamericanas con las que se están muriendo nuestros jóvenes.

Esos son los 7 planteamientos que, un servidor, le está haciendo a la Secretaría de Relaciones Exteriores y a la Secretaría de Hacienda para equilibrar, de entrada, los planteamientos en materia de negociación con nuestro vecino país.

Estoy a sus órdenes para cualquier pregunta.

P: ¿No cree usted que también Correos, a través de Mexpost, podría participar en esa propuesta que usted está haciendo, sobre todo a través de los ya tradicionales giros y que la Cancillería pudiera ponerse de acuerdo con esta institución para agilizar ese trámite que proponen?

JLPR: Tengo un estudio de cómo llegan las remesas a México. Obviamente, la mayor cantidad, las más importante tiene que ver con dos: tiene que ver con transferencias electrónicas y con money orders, son las más altas. El correo sí ha estado funcionando, pero aun así hay un costo implícito y sí hay un registro en los Estados Unidos de cuánto se está enviando a través del correo norteamericano hacia el correo mexicano.

Lo que nosotros planteamos es que, si hay una oficina en los consulados… tanto los consulados como las embajadas se consideran una extensión del territorio. Es decir, realmente estás haciendo transferencias internas.

Entonces, en la Embajada de México en Estados Unidos estás en territorio mexicano, por lo tanto, no tiene por qué haber un costo adicional de ninguna institución financiera por trasladar dinero de un país a otro cuando realmente estás dentro de tu propio país.

Por eso, nuestra intención de que sean los consulados los que tengan una oficina de transferencias, porque ahí sería algo similar, hacer una transferencia interna sin costo para quien lo envía.

P: Inaudible.

Nosotros vamos a enviar ese documento a la Secretaría de Relaciones Exteriores y, por supuesto, los compañeros senadores que van a participar mañana en la comparecencia del secretario de Relaciones Exteriores harán los planteamientos pertinentes.

P: Qué tal, senador, muy buenas tardes. En primer lugar, te iba a preguntar exactamente si tiene consenso entre tu propia bancada, en un principio, o si es a nivel personal estos siete puntos, que me parece, la verdad, un poco interesantes y un poco levantar la cabeza ante Estados Unidos. ¿Y cómo obtener este recurso compartido? Si vemos que para el Plan Mérida Estados Unidos ya va a retirar ese apoyo, ya no va a haber ese apoyo para combatir entre comillas el narcotráfico y ¿cuánto se podría recaudar de un impuesto que efectivamente se les pida a los norteamericanos porque están inundando nuestros estados?

JLPR: Mira, nosotros, déjame comentar por qué me atrevo a hacer esta propuesta. D hecho, de los 128 senadores yo soy el único que ha sido migrante, es decir, el único que ha ido a estados Unidos d mojado, o wetback, como dicen los gringos.

Y, la verdad, cuando tú escuchas los planteamientos, válidos y además con muy buena intención de muchos compañeros, pues son de buena intención, “hay que ser firmes frente a los norteamericanos, México debe estar unido ante el embate yanqui, etcétera”.

Pero realmente una acción en la que tú digas “esto no es correcto” o “si haces esto yo puedo hacer esto otro”, no lo hemos visto.

Yo veo que todo mundo se opone al muro. Creo que yo he sido de los primeros que le hicieron un hueco al muro para pasar de mojado, porque ya hay más de mil 50 kilómetros de muro y tiene más de nueve mil agujeros ese muro, y si lo siguen haciendo lo vamos a dejar como queso, no hay ningún problema.

Pero a lo que yo voy es que tienes que tener posiciones claras. Por ejemplo, en el tema de los centroamericanos, nosotros hemos tenido una política muy dura para que no entren a nuestro país y no lleguen hasta la frontera.

Si Estados Unidos no desea compartir ese gasto que nosotros les ahorramos para que no lleguen, tú puedes dejar paso franco a la frontera y decir “bueno, te vamos a dar”… así como lo hacen con los cubanos, los cubanos tú les dices “te voy a dar una permanencia de 20 días en el país y luego regresas” ¿y qué pasaba? Se iban a Laredo y por ahí brincaban o se iban a Reynosa y entonces podían irse hasta la frontera y ahí cruzar para apegarse a la ley de pies secos, pies mojados o entrar como asilados políticos.

Entonces, realmente, si Estados Unidos dice “yo no quiero compartir ese gasto eso es bronca tuya”, ah bueno, entonces debe haber de este lado también una posición muy firme de qué va a pasar, si alguien puede estar con paso franco hasta la frontera y que sean los gringos quienes se hagan bolas con su muro y con su policía, o si realmente nosotros vamos a continuar haciéndole la chamba a ellos.

Porque la mayor parte de los centroamericanos no se quieren quedar en México, a qué se quedan en México, a seguir el mismo desempleo que tienen en su país; su intención es llegar a Estados Unidos, pues que se les facilite; que en lugar de que en “La Bestia” vayan arriba, pues pongan el tren completo para que la gente se vaya hasta allá y, obviamente, hay que financiar a los estados fronterizos para que los tengan un rato, mientras ellos ven la forma de cruzar a los Estados Unidos.

México ha sido un país muy abierto a la gente que viene a quedarse. Hemos sido muy estrictos con la gente que viene de paso. Voy a poner tres ejemplos, rapidísimo, no los quiero cansar.

México ha sido un receptor de gente perseguida.

Voy a dar tres datos, el caso chileno, con el golpe de Estado de Pinochet, cinco mil chilenos se vinieron a vivir a México; el golpe de Estado en Argentina militar, tres mil argentinos; golpe de Estado en Uruguay; la llegada de Hitler a la Alemania nacional socialista nazi nos envió a dos mil alemanes a vivir a México; la llegada de Hiroito a Japón o de Mussolini a Italia, durante la Segunda Guerra Mundial, nos envió cuatro mil italianos y seis mil japoneses; y, por supuesto, el tema de China durante la construcción del tren -que después hay una historia que narro en el libro sobre la represión México china hacia los que vivían acá-; y por supuesto, el tema de los 100 mil salvadores y 200 mil guatemaltecos que recibe México, por ser perseguidos políticos durante los golpes de Estados sucesivos en los años 70.

Realmente México sí ha sido… sin dejar de hablar de los españoles con la dictadura franquista, donde México les abrió la puerta a los compañeros ciudadanos de España.

Entonces, sí hemos sido un país receptor de migrantes y donde le hemos dado la oportunidad a que la gente crezca y se desarrolle.

Hemos sido muy duros con los centroamericanos que quieren ir a los Estados Unidos por instancia de los Estados Unidos.

Realmente si los Estados Unidos dicen “esa no es bronca mía, ni los terroristas que lleguen a México son bronca mía, ni los centroamericanos”, México tiene que decir oye, pues tampoco es bronca mía, eh, aquí nadie quiere venir a poner bombas ni nadie quiere venir a suicidarse por tener una religión distinta, allá sí. Entonces, creo que en la mesa debe de estar esa discusión, porque por México no han pasado armas químicas, armas nucleares, armas biológicas y nadie que haya pasado por México ha secuestrado un avión para irse a estrellar a los Estados Unidos.

Entonces, no nos han valorado en la justa dimensión de lo que nosotros representamos en materia de seguridad nacional para los Estados Unidos, nos ven como si fuéramos el patio trasero cuando realmente les estamos haciendo uno de los mayores favores que puede pagar un país: cuidarle su 3 mil 209 kilómetros de frontera desde el Océano Pacífico hasta el Golfo de México.

P: Entonces, el mensaje que deben de llevar los legisladores con la gente de Trump, el gobierno de Trump, ¿ese es el mensaje?

JLPR: Ese es el mensaje, es un mensaje de firmeza, peor que en 1848, el Tratado Guadalupe Hidalgo del 54 no nos puede ir, pues si se quedaron la mitad, más de la mitad del territorio mexicano. Entonces, sí necesitamos poner la mano firme y por supuesto, la renegociación del TLC no es una cosa de decir: “bueno pues a partir de hoy México bye”; no, la mayor parte de los estados fronterizos, del 80 por ciento de sus exportaciones son a nuestro país, les compramos muchísimo, tanto a Texas, como a Arizona, como a Nevada, como a California.

Entonces, realmente nosotros representamos un factor muy importante para la economía norteamericana, no sólo con la mano de obra de los ilegales, que se calcula 8 millones que están en los Estados Unidos, sino lo que nosotros les compramos a ellos. Muchas empresas norteamericanas, si nosotros dejáramos de comprarle lo que hoy les compramos, quebrarían el día de mañana. Y también ellos tendrían que buscar otro tipo de mercados como los tenemos que buscar nosotros y llegar a un modelo muy parecido a lo que hizo Brasil.

Brasil el 25 por ciento lo manda a la Unión Europea, el 25 por ciento a América, 25 por ciento Asía y sólo el 25 por ciento lo comercia con Estados Unidos. Entonces el 75 por ciento de su comercio no depende de las finanzas norteamericanas ni del loco que llegue a la Casa Blanca, entonces realmente creo que nosotros debemos de diversificar y ver con qué países podemos platicar convenios bilaterales.

Entonces, realmente creo que la Secretaría de Hacienda y la Secretaría de Relaciones Exteriores deben poner el pie mucho más firme en los temas de renegociación con Estados Unidos.

P: Senador, ¿lo que estamos viendo es una política de “ojo por ojo y diente por diente”? por un parte.

¿Qué tan viable sería una respuesta favorable en este sentido a la propuesta por parte del canciller, cuando estamos viendo que el Gobierno federal se han visto de plano medio “agachones”?

JLPR: Yo diría “agachones” y medio. Mira, se ha visto que el Congreso norteamericano no le ha ratificado el nombramiento del secretario de Comercio, por ejemplo. Tres propuestos, inclusive el de ayer, tres propuestos para ocupar cargos de secretaría de Donald Trump han renunciado y no han renunciado porque ellos quieran renunciar porque al consultar al Senado y a la Cámara les han dicho: “es probable que no salga tu nombramiento”, entonces en lugar de arriesgarse a que les voten en contra, deciden retirar sus nombramientos.

Hay que recordar que en los Estados Unidos el Senado ratifica hasta el cuarto grado, o sea ratifica a los secretarios, a los subsecretarios, a los directores generales y hasta los jefes de departamento, entonces no es tan sencillo que de pronto te pongan un secretario y el secretario vayan a hacerle como le hacen en México que ponen a todo mundo, allá el peso del Senado es muy superior en la composición del gabinete, por eso yo sí creo que vale la pena que el Gobierno federal se ponga más firme e inicien negociaciones bilaterales también con los legisladores.

Miren, cuál es el problema, y lo voy a platicar en el análisis --que hizo su servidor-- de fondo que traemos para hacer un cabildeo a la Cámara de Diputados o a la Cámara de Senadores; muy sencillo, los demócratas creen que Hilary Clinton pudo haber ganado la elección y que lo que le dio los cuatro o cinco puntos a Donald Trump después de habernos mentado la madre y decirnos violadores, fue que el Presidente Peña lo invitara a Los Pinos, entonces como que dijeron: “mira, ya ves que no es tan malo, hasta el Presidente lo invita, lo reciben como jefe de Estado y en su cara viene y le restriega que va a hacer el muro”.

Entonces para los demócratas nosotros somos los malos, el gobierno mexicano, porque le facilitamos la llegada a Trump, entonces cuando vas con los congresistas demócratas te dicen: “ustedes le ayudaron”.

Cuando vas con los republicanos te dicen: “Trump tiene razón”, entonces ¿con quién negocias?, ese es el gran tema, o con qué les metes presión. Una de las formas de presionar es muy sencilla, hay que ir a hablar con los inmigrantes y con la gente que va de turista a los estados donde hay senadores republicanos que están apoyando las políticas  de Trump. Para que sea su propia población la que le diga :”oye nos estás afectando”.

Entonces, yo creo que la posición del gobierno debe de ser mucho más firme, con todos los elementos que yo he planteado y, por supuesto, aquí hay siete propuestas, puede haber más pero son siete que yo he visto en el transcurso desde este mes y una semana que tiene Donald Trump en el gobierno que sí pueden ser viables.

Ojo por ojo pero con cosas muy claras, no es que si me saca la lengua le saco la lengua o si Donald Trump tuitea que  va a hacer el muro pues yo no voy a la vista que había pactado, es absurdo pues, entonces no puede estar Donald Trump diciendo que va a militarizar la frontera y del otro lado tener a sus secretarios aquí reunidos en buena onda, entonces no nos está checando, debe haber una sola línea de comunicación y una sola línea de negociación y se tiene que negociar con quien toma las decisiones, no se puede negociar con los aliados.

Yo creo que sí es necesario que se establezcan las mesas de negociación. En el tratado, el NAFTA o el TLC se abrieron mesas muy diversas, legisladores en un lugar, empresarios en otro lugar, secretarías de Economía en otro lugar y los coordinadores o los representantes del Banco de México y el tesoro en otro lugar y, por supuesto, los cancilleres en otro lugar. Entonces, realmente había mesas paralelas en todo. Hoy los que está pasando es que el Presidente sigue mandando a un solo negociador porque cree que la  relación que tiene con el yerno de Trump va a resolver los problemas de este país, entonces de entrada creo que no se han abierto las mesas de negociación y lo que yo estoy planteando es que en esas mesas debe haber obligadamente en alguna comisión especial del Senado planteando estos temas.

Muchísimas gracias. 

 

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