DISCURSO


29 de enero de 2013


PALABRAS DE LA SENADORA DIVA HADAMIRA GASTÉLUM BAJO, PRESIDENTA DE LA COMISIÓN PARA LA IGUALDAD DE GÉNERO, EN LA CONMEMORACIÓN ANUAL EN MEMORIA DE LAS VÍCTIMAS DEL HOLOCAUSTO Y EN HOMENAJE A DON GILBERTO BOSQUES SALDÍVAR, EN LA NUEVA SEDE DEL SENADO.

Muy buenos días a todas a todas, a todos.

Señor Presidente muchas gracias, señor Vicepresidente, gracias por estar en una actividad tan noble, tan sensible como esta.

A los integrantes de la Comunidad judía, a mi amigo Leo Zuckermann, muchas gracias a todos ustedes.

Alguien decía hace unos días que el racismo es una de las enfermedades más modernas que tenemos, nada más alejado de la verdad. Desde el principio de la humanidad, el racismo ha sido un punto distintivo en la manera de relacionarnos, pero creo que este evento nos debe llamar a una reflexión muy clara:

Primero hay que decir que el pueblo judío es un pueblo escogido y de eso ellos no son culpables, alguien lo escogió porque es un pueblo real, de un real sacerdocio y así se dice, un pueblo santo, que no tienen la culpa ni los jóvenes ni los antepasados sino que es una decisión que va más allá de las leyes terrenales que no tiene nada que ver con la politiquería que a veces desarrollamos.

Por eso yo me felicito por estar en un evento tan sensible, tan doloroso, pero que de algo debe de servir; debe de servir para llamar a una reflexión clara y seria.

Cuando el racismo se adentra como una adicción, hoy las minorías padecen de ese racismo, por sexo, por religión, por color, por el lugar donde viven, en donde no somos responsables, seguramente, según mi creencia hay una decisión clara ¿en dónde naces? y ¿cómo naces? y ¿quién eres?

Pero hoy quisiera yo llamar la atención a un punto más sensible que el propio Holocausto, el tema de las mujeres judías, que es un tema muy doloroso que como toda la historia de las mujeres, se ha querido borrar pero no lo lograrán porque la mano de la mujer ha estado ahí pendiente de las judías que hicieron una gran hazaña heroica, así lo dice el Secretario General de las Naciones Unidas: “Su tarea silenciosa, su tarea de trabajo, su tarea de salir adelante aún con hambre, del cuidado de sus hijos, de los que fueron víctimas de asesinatos, de golpes, de maltrato, ahí está la mano de las mujeres”.

Por eso yo quisiera hacer una invitación al Senado de la República, al presidente de la Mesa Directiva para escribir la real historia de este Holocausto, que lo escribieron las mujeres judías, grandes mujeres heroínas que sin ellas esto no se hubiera podido dar; la huida, la salida de sus pueblos, fue emblemática la presencia de las mujeres; fueron vigilantes, espías, se pudieron confundir que era difícil para saber cuál eran las artimañas del enemigo y poner a salvo su familia y poner a salvo una raza que es orgullo de este mundo.

Por eso yo llamo la atención y ojalá la Comisión de Igualdad que tenemos un gran propósito de poder levantar la voz por las mujeres que han hecho una gran tarea globalmente hablando y en donde las judías tienen un lugar especial, ojalá el Senado de la República el próximo año pudiéramos entregar una investigación muy seria de los desafíos, de los retos, pero sobre todo del heroísmo de las mujeres judías de ese tiempo y del tiempo actual.

Y quiero terminar felicitándome por pertenecer al Senado de la República y por tener en el Senado de la República la memoria de un gran hombre, un héroe como así se ha descrito a Gilberto Bosques, por la visión que tuvo más allá de dejar amarguras, de dejar racismos y de luchar claramente por poner a salvo una raza, una clase, un pueblo, como es el pueblo judío.

Una memoria que va a latir siempre, permanentemente en este Senado de la República porque hombres como él necesitamos y mujeres como las judías también las queremos.

Muy buenos días.

 

 

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