DISCURSO

Expo Pymes 2017, encuentro empresarial Ciudad de México-EUA- Canadá

Versión estenográfica del discurso de la Coordinadora del Grupo Parlamentario del PRD en el Senado, Dolores Padierna Luna en Expo Pymes 2017, encuentro empresarial Ciudad de México-EUA- Canadá

Dolores Padierna Luna (DPL): Les agradezco mucho que me permitan estar en este estratégico evento y saludo también con mucho respeto al presídium.

En las pequeñas y medianas empresas tenemos una oportunidad enorme para crear empleos, elevar salarios, aumentar la capacidad de compra de los hogares, desarrollar el mercado interno y cerrar brechas productivas, sociales y regionales.

Las Pymes son un motor de singular importancia para la economía mexicana. Son más de 4 millones de firmas dedicadas a la manufactura comercio y servicios, que generan el 72% del empleo y alrededor del 52% del PIB.

Su importancia se aquilata mejor cuando sabemos que el 65% de la Pymes son de carácter familiar y están dirigidas por jóvenes emprendedores que decidieron quedarse y jugársela con México.

Con raíces profundas en el país, el potencial de la Pymes para contribuir al desarrollo endógeno es formidable, además de ser un excelente medio para reconstruir el tejido social dañado por el desempleo o la inseguridad.

Otra área de oportunidad es el desarrollo regional, tan polarizado en la actualidad que se reflejan en la distribución geográfica de las empresas: el 48% de las Pymes se ubica en el norte, 42% en el centro, fundamentalmente en la Ciudad de México y el 10% en el sur.

Un dato inquietante es que su tasa de crecimiento se ha reducido a la mitad en los últimos años. La expansión de 3.7% anual del periodo 2004-2008 ha caído a sólo 1.9% entre 2009 y 2014.

 Otro dato dramático es que el 90% de las empresas cierran antes de cumplir cinco años.

La dificultad para encontrar financiamiento limita su acceso a infraestructura y tecnología. La escasa o una nula capacitación de su personal limita su productividad y creatividad. Y no les es fácil acceder a los mercados, copados por las grandes empresas y los programas de fomento juegan un papel fundamental porque constituyen una de las pocas fuentes de financiamiento o recursos al alcance de las Pymes.

La lección es que los programas de apoyo son indispensables, pero no suficientes.

Desde mi perspectiva, la efectividad de los programas se diluye ante la ausencia de una auténtica política industrial y de diversificación productiva.

Es conocida la frase de que la mejor política industrial es no tener política industrial. Ese es un grave error de perspectiva

Los objetivos y circunstancias durante la negociación del Tratado de Libre Comercio en 1992 llevaron a privilegiar el interés solo de las grandes empresas de América del Norte. La tesis fue que las grandes jalarían a las pequeñas y medianas y el tren emprendería un ciclo virtuoso de desarrollo.

La premisa resultó errónea porque la dinámica en la que se desenvuelve la gran empresa global no favorece la inclusión de pequeños y medianos para la proveeduría de bienes y servicios.

El resultado está a la vista: los flujos de comercio e inversión se han multiplicado, pero el empleo, las condiciones laborales, los salarios, el crecimiento y el bienestar han mejorado poco o nada. El poder adquisitivo del salario, por ejemplo, es menor al que se tenía cuando el Tratado entró en vigor.

La administración federal asegura que hay una deuda con las pequeñas y medianas empresas de México, porque este tema no se incorporó adecuadamente en el Tratado original.

En desagravio, se compromete a realizar su mayor esfuerzo durante la renegociación, lo cierto es que la propuesta de reintegrar a las pequeñas y medianas empresas a las cadenas de valor y a las exportaciones a veces parece no estar soportada suficientemente, no lo veo, no lo leo.

 El ofrecimiento del gobierno es promover “piso parejo” para que los pequeños y medianos emprendedores se incorporen competitivamente al comercio internacional.

En la renegociación del Tratado el gobierno no está dibujando una política industrial de México, tal vez sea porque no está, no existe.

Las empresas medianas y pequeñas tienen mucho que ofrecer a México. No tiene sentido seguir desaprovechando el enorme potencial de estos negocios para impulsar el crecimiento económico y el desarrollo incluyente.

Se requiere una estrategia de desarrollo industrial, que de manera particular asigne un rol claro y definido a las Pymes.

Es necesario que las políticas públicas modifiquen la relación de poder en las cadenas productivas y las pequeñas y medianas empresas tenga la oportunidad de salir adelante.

Se debe impulsar la internacionalización, pero sin descuidar las Pymes que producen para el mercado interno.

Es requisito insoslayable la inclusión financiera de las Pymes a través de la banca de desarrollo.

En fin, las políticas son muy importantes y es necesario dialogar con el sector privado para definir políticas nuevas de fomento y desarrollo sostenido de capacidades para que las Pymes superen sus dificultades y se integren a la cuarta revolución industrial. Esa es una tarea pendiente y que estaremos trabajando en ellos, muchas gracias.

 

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