* Versión del discurso del presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, Fernando Herrera Ávila, durante la inauguración del foro "La adopción en México. Retos y Necesidades"

Muy buenos días. Gracias por su asistencia.

Sabemos que vienen de diversas entidades del país, que han acudido a esta convocatoria un gran interés de aportar, de intercambiar puntos de vista sobre la realidad que están viviendo los estados y que, desde luego, tiene la disposición de abrevar buenas prácticas que tengan a lo largo de todo el país.

Es un honor acudir a esta convocatoria del senador Jorge Luis Lavalle, porque pocos son los temas que se discuten en el Congreso mexicano que parten de una gran disposición de todas las expresiones.

Pocos son los escenarios de discusión donde todos los grupos parlamentarios dan un paso hacia adelante en el afán de construir una política pública basada en una legislación que sirva para resolver problemas que tengan que ver con la integración y desarrollo de las familias mexicanas.

Agradezco mucho la presencia de la diputada Daniela de los Santos; contar el día de hoy con el expertise de Angélica de la Peña; la Vicecoordinadora del Partido Acción Nacional, la senadora Mariana Gómez del Campo, y, desde luego, ser bien acompañados por el Ejecutivo federal en este escenario de discusión, Pardo Bucio, Enrique Guerra.

Estamos aquí para escucharnos, para entender cuál es la realidad de nuestro país y saber, el Senado de la República, es la casa de todos los mexicanos.

Ustedes sabrán que el próximo primero de septiembre iniciamos un periodo más de sesiones, de discusiones, donde los grandes temas nacionales estarán bajo el tamiz ciudadano.

Estaremos terminando la ruta del Sistema Nacional Anticorrupción, revisaremos profundamente el estado de cosas, el estado en que se encuentra el Sistema Penal Acusatorio, con sus puntos positivos, con lo que está estancado, con las observaciones que se tienen.

Avanzaremos también para regular la Ley de Seguridad Interior, con la participación del Ejército en tareas de seguridad en todo el país; abordaremos los derechos de las audiencias en materia de telecomunicaciones; vamos a dar un esfuerzo importante por combatir ese cáncer de moderna esclavitud, que es el problema de trata en el país.

De igual suerte se estará participando en la negociación de Estados Unidos y Canadá en el Tratado de Libre Comercio, y, desde luego, este tema para el que fuimos convocados, en esta ocasión se convierte un tema que no es menor, sino en un tema de la más alta relevancia porque se trata de las familias mexicanas. Así lo entienden todos los grupos parlamentarios de todas las expresiones políticas.

Por eso, recibimos con sumo agrado esta inquietud que ha estado manteniendo perseverantemente el senador Lavalle y que el día de hoy inicia la tercera etapa para tratar de concluir en acuerdos genéricos que nos permitan abordar las diferentes realidades de México, de nuestro país y llegar, si no a una ley general, sí a una modificación específica en la ley que atiende a las niñas, niños y adolescentes en nuestro país.

Somos más de 120 millones de mexicanos con diferentes formas de pensar, de convivir; con diferentes matices en torno a este asunto que el día de hoy nos convoca.

En la Ciudad de México se podrá pensar distinto a lo que se opine en Guanajuato, Aguascalientes, Baja California, en Chiapas, pero a fin de cuentas somos las mismas familias mexicanas las que en esa oportunidad de convivir tenemos que encontrar el punto común de acción y pensamiento.

Es obligación del gobierno mexicano, de los Poderes constituidos generar oportunidades para quienes menos tienen.

Es necesario que los niños que se encuentran en situación de vulnerabilidad por esta circunstancia accedan a la alimentación, la educación, la salud, la convivencia, el deporte, la cultura en igualdad de circunstancias de todos los mexicanos.

Por eso, de este ejercicio tendrán que salir políticas públicas a recomendar al Ejecutivo y, desde luego, una legislación que busque el bien común.

Mi amigo el senador Lavalle ha escrito un ensayo puntual, exhaustivo sobre los retos y oportunidades de la adopción y ha citado una frase del filósofo alemán Johann Schiller: “No es la carne ni la sangre sino el corazón, el que nos hace padres e hijos”. De eso se trata, precisamente, del corazón.

Como decía la abuela de casi todos nosotros: “Es más padre o madre el que cría que el que engendra”.

Se trata del derecho de los niños a ser adoptados por familias que los amen y coincido en que debemos buscar una familia para el menor y no un menor para la familia.

Angélica de la Peña ha hecho referencia a una gran carencia que tenemos en la estadística y en el seguimiento puntual en todas las entidades: no sabemos cuántas niñas y niños se encuentran en los Centros de Asistencia Social y no tenemos un proceso homogéneo de adopción.

Precisamente, para eso estamos aquí. Estamos preparando las leyes que nos permitan superar esta situación.

Ningún niño de este país, ni de ninguna otra parte del mundo, debe sufrir de abandono ni maltrato alguno.

Tenemos que hacer valer el derecho de las niñas y los niños a la satisfacción de sus necesidades de convivencia, esparcimiento, para su desarrollo integral.

Y, finalmente, agradeciendo su presencia el día de hoy, quisiera concluir esta amable invitación del senador Lavalle, recordando una frase de Gabriela Mistral: “El futuro de los niños es siempre hoy y mañana será tarde”.

Actuemos, pues, el día de hoy.

Muchísimas gracias.

 

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