Número-232

Desde hace 25 años la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó el asbesto como un elemento cancerígeno de primer orden, pero en México sigue utilizándose con un grave riesgo no sólo para los trabajadores, sino también de sus familias.

Así lo afirmó el diputado Abel Cruz Hernández, del Grupo Parlamentario del PES, al presentar ante el Pleno de la Permanente un punto de acuerdo, que urge a la Secretaría de Salud a analizar la posibilidad de prohibir el uso del asbesto y de los productos que lo contienen, en cualquier proceso de trabajo.

Estudios de la OMS, abundó el legislador, han demostrado que el asbesto incide en el desarrollo de cáncer de pulmón, laringe,  ovario y otras patologías del aparato respiratorio, enfermedades que "siguen en aumento, incluso en países donde fue vedado".

En México, la Ley General para la Salud y la Ley General para la Prevención Integral de los Residuos prohíbe el uso del asbesto, y en 2011, la Ley General de Salud de la Ciudad de México adoptó medidas sobre el uso de ese material para limitar la exposición al mismo.

El asbesto se utiliza para elaborar pastas de embragues, frenos, balatas, ductos de aguas negras, como impermeabilizante en láminas para techos y en la elaboración de cemento, entre otros, precisa el punto de acuerdo, turnado a la Segunda Comisión para su estudio y dictamen.

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