Al contrario del pronóstico oficial, la inflación se ha seguido incrementando, por lo menos hasta agosto, cuando alcanzó un máximo de 6.7%, incluso mayor al 6.5% que tuvo en diciembre de 2008, durante la crisis financiera global de ese año, señaló la senadora Dolores Padierna Luna.

“Si la inflación general está desbordada, lo más preocupante es que los precios de la canasta básica y dentro de ella, los de los alimentos, ha sido sensiblemente mayor, afectando en mayor medida a la población de menores ingresos”, agregó.

Padierna Luna recodó que el desbordamiento de la inflación empezó desde agosto de 2016 y se intensificó en enero de 2017, principalmente por la liberación del mercado de los energéticos, que implicó un considerable aumento de 16.3%, sólo en ese mes. “Pero este aumento no es la única causa del crecimiento de la inflación, ya que la inflación subyacente, que no incluye la variación de precios de bienes y servicios de alta volatilidad ni los precios y tarifas administrados por el gobierno, también ha mantenido una tendencia creciente”.

Refirió que en 2017, se decretó un incremento de 9.7% al salario mínimo, a pasar de lo cual era insuficiente para adquirir la canasta básica alimentaria. Al mes de agosto, el costo de los alimentos aumentó 10.5%, por lo que el poder adquisitivo del salario mínimo ha perdido 0.8%.

“Al mes de julio de 2017, el salario promedio de los trabajadores asegurados ante el IMSS aumentó 4.8%, mientras que el costo de la canasta básica, alimentaria y no alimentaria aumentó 7.9%, por lo que su poder de compra se deterioró 3.1%. Incluso si se compara con la inflación general, perdió 1.6%”, sentenció.

A consideración de la legisladora, el aumento de los precios de los alimentos es muy preocupante ya que el 10% de la población más pobre destina el 45% de su gasto a este rubro, por lo que cualquier aumento tiene un impacto considerable en su nivel de bienestar.  “Se puede deducir que la elevada inflación que se ha observado en lo que va de 2017, mayor al crecimiento de los ingresos de la población, es muy probable que haya ocasionado que la aparente disminución de la pobreza que reportó el CONEVAL entre 2014 y 2016 se haya revertido”.

“Es muy preocupante la posición del Banco de México, respecto a que una de las políticas para controlar la inflación es mantener deprimidos los ya de por sí bajos salarios de los trabajadores. Este es un problema serio, que explica porqué la administración de Peña Nieto se ha negado ha modificar la política salarial y ni siquiera a elevar el salario mínimo al nivel que se establece constitucionalmente. Así mismo es uno de los temas que más le preocupan en las negociaciones que se están llevando a cabo en el ámbito del TLCAN, a pesar de la insistencia de Estados Unidos y Canadá para que se mejores los salarios en México, ya que consideran y con razón que es un factor que impide igualdad de condiciones competitivas entre los tres países”, concluyó.

 

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