Un tema muy controvertido, de prioridad para Estados Unidos en la primera ronda de renegociaciones del Tratado de Libre Comercio con América del Norte fue la de reducir el déficit de la balanza comercial de Estados Unidos que tiene con México.

Ese objetivo plantea cambiar de fondo el paradigma del Tratado de Libre Comercio, ya no se trataría de avanzar por el camino del libre comercio, sino de medidas que permitan a Estados Unidos recuperar su dinamismo industrial, obtener la relocalización en su territorio a las empresas que se ubicaron fuera de Estados Unidos y regenerar el empleo manufacturero en su país, el objetivo ya no es comercial,  sino productivo.

Instrumentar este objetivo presenta algunos inconvenientes.

La forma peor sería tratar de equilibrar la balanza comercial poniendo aranceles y barreras a las exportaciones  mexicanas, esto va en contravención a las reglas del Tratado de Libre Comercio y de la Organización Mundial de Comercio y daría lugar a una situación de perder-perder, donde la mayor perdida la llevaría México.

Estados Unidos presiona a nuestro país a una mayor liberalización del mercado, pero con mayor proteccionismo para Estados Unidos al que le llama: "comercio justo, equilibrado y de reciprocidad".

México tiene abierto ya todo su mercado en forma indiscriminada y a veces hasta sin control, véase lo que pasa en las aduanas con el contrabando de mercancías y de armas. Así, que de lo que está hablando Estados Unidos es el del aparato productivo energético de México para que se liberalice totalmente cuanto antes, que se apliquen reglas asimétricas a Pemex y a CFE para que no tengan ventajas competitivas con las empresas estadounidenses; sustituir la producción energética interna mexicana por importaciones estadounidenses, a ello le llaman: "disciplinar a las empresas estatales".

El superávit de México con Estados Unidos  le permite a México tener divisas para pagar los déficit’s que, a su vez, tenemos con otros países como China y países asiáticos y Europa.

Además, muchas de las mercancías que se importan no son producidas en Estados Unidos y ese es el pleito que tiene Trump con México, que pretende que todo el contenido regional sea proveniente de Estados Unidos, pero cambiar la proveeduría asiática por la estadounidense en el corto plazo no sería posible, ni aceptable, ya que aumentaría los costos a las industrias exportadoras mexicanas.

Claro que México tiene que elevar su contenido nacional en sus exportaciones, ese es un cambio urgente y debe acordarse explícitamente en la renegociación del Tratado de Libre Comercio, porque continuar en la misma dinámica donde sólo se beneficia a una o dos ramas de la industria manufacturera, entiéndase la automotriz y la textil, sin que haya una derrama económica a las demás industrias o empresas mexicanas por la vía del encadenamiento productivo, eso ya llegó a su límite.