El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) debe incorporar un esquema integral de prevención, detección y atención de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), con el fin de reducir el riesgo de que dichos padecimientos se conviertan en crónicos o deriven en la muerte de los pacientes, consideró la senadora panista Mariana Gómez del Campo Gurza.

En un punto de acuerdo turnado para su análisis a la Segunda Comisión de la Permanente, la legisladora recordó que hace algunos meses presentó una iniciativa para declarar el 2 de junio de cada año como el “Día Nacional de Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria” o “Día Morado” (Purple Day), campaña impulsada por la Academia de Desórdenes Alimentarios (AED, por sus siglas en inglés) que busca unificar esfuerzos a nivel global, para establecer campañas informativas para la prevención, detención y atención de los trastornos.

Los TCA son enfermedades mentales que provocan comportamientos patológicos por diversas causas, relacionadas principalmente con la ingesta alimentaria y obsesión por un control de peso, explicó Gómez del Campo Gurza.  

Los trastornos más conocidos son la anorexia y bulimia nerviosas, pero también existen otros, como el trastorno por atracón, la ortorexia (obsesión por la comida sana) y la vigorexia (obsesión por el ejercicio físico), señaló.

Quienes se ven principalmente afectados por esta situación, dijo, son adolescentes y mujeres jóvenes.

“La situación es alarmante, pues cada año se registran 20 mil casos nuevos de estos padecimientos, solo entre adolescentes, y los trastornos alimentarios aumentaron 300 por ciento en México durante los últimos 20 años”, lamentó la vicecoordinadora de los senadores del PAN.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), añadió, posiciona a los TCA como enfermedades prioritarias para su atención en niños y adolescentes, porque implican un riesgo a la salud muy importante.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición reveló que 25 por ciento de mujeres encuestadas entre 15 y 18 años han dejado de comer por 12 horas por miedo a engordar, y uno de cada 10 alumnos varones de bachillerato recurre al ayuno como método contra la obesidad o sobrepeso, dijo.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Psiquiatría, el 10 por ciento de los jóvenes con anorexia y el 17 por ciento de bulimia tuvieron intento de suicidio, y sólo el 25 por ciento recibió tratamiento, reveló.

La legisladora por la Ciudad de México indicó que de acuerdo con el documento “Trastornos de la Conducta Alimentaria en Adolecentes: Descripción y Manejo” del año 2011, éstos abarcan factores psicológicos, físicos y elementos del medio ambiente, compartiendo síntomas como la insatisfacción con la imagen corporal o una influencia anormal en la valoración personal, preocupación por la comida y el peso corporal, mismos que derivan en deterioros psicológicos y físicos.

Ante ello, Gómez del Campo Gurza reiteró que es importante un diagnóstico temprano, ya que así se puede prevenir la cronicidad.

Es por ello que “consideramos que es de suma importancia que tanto el Gobierno federal como las entidades federativas destinen presupuesto para la atención y prevención de los trastornos de la conducta alimentaria y que el personal de salud reciba capacitación especializada”, aseguró.

Asimismo, es necesario que el Seguro Popular también incorpore al Catálogo Universal de Servicios de Salud la detección temprana de estos padecimientos y un esquema serio e integral para su prevención y atención, lo cual beneficiará de forma directa a los más de 57 millones de afiliados con los que cuenta, dijo.