En nombre del Grupo Parlamentario del PRI, los senadores Graciela Ortiz y José Olvera, así como las diputadas Ruth Tiscareño y María del Carmen Pinete, afirmaron que no es la primera vez que se hacen señalamientos sobre el presunto enriquecimiento de Ricardo Anaya y su familia, en su paso como servidor público, diputado federal y dirigente de su partido.

La senadora Graciela Ortiz, por el estado de Chihuahua, preguntó a los empresarios de México, ¿en 14 años qué empresa ha tenido en su patrimonio empresarial y familiar un crecimiento de mil 34 por ciento que sí registran las empresas de la familia de Ricardo Anaya? De seguro sería muy difícil que hubiese una con estos indicadores.

“Ya con anterioridad ha habido un señalamiento por su forma de vida no justificada por sus emolumentos, así como el de su familia que radica en Estados Unidos y los viajes frecuentes que hace para visitarlos”.

Tenemos que recordar lo que fue un escándalo nacional con el caso de los moches por parte de diputados de Acción Nacional, que gestionaban recursos para presidencias municipales y luego cobraban un porcentaje a los presidentes municipales.

Por ello, no tiene ningún sustento la acusación que hoy hace Ricardo Anaya, de una supuesta acción de intimidación por parte del Gobierno federal, aunado a que nunca dice que no es cierto lo que menciona la información ni descalifica el contenido de la nota.

Sí llama la atención el crecimiento de la fortuna familiar, por ello cualquiera que pertenezca al ámbito público debe explicar con toda claridad y amplitud cuando se hace un señalamiento de esta naturaleza, sobre todo si alega que es una falsedad.

No es válido ni permisible que busque crear una cortina de humo, al decir que es el gobierno quien monta esta farsa y que es amenazando e intimidando.

 

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