• Si hay voluntad política, si no hay mezquindad y si hay compromiso se puede perfeccionar la Ley General de Desaparición Forzada de Personas y Desaparición Cometida por Particulares, indicó

La Presidenta de la Comisión contra la Trata de personas, Adriana Dávila Fernández, aseguró que Ley General de Desaparición Forzada de Personas y Desaparición Cometida por Particulares deberá perfeccionarse, con el compromiso de todos los grupos parlamentario del Senado de la República.

“Esta es una ley que debe perfeccionarse, es un ordenamiento que debe mejorar y estoy segura que, si hay voluntad política, si no hay mezquindad y si hay compromiso, lo podemos hacer, independientemente del tiempo” que reste a la actual Legislatura, afirmó en tribuna.

La legisladora por Tlaxcala agregó que, como fue aprobado, el ordenamiento jurídico deberá traducirse concretamente en castigar a quienes cometen desaparición forzada y buscar a las víctimas de estos delitos.

Por otro lado, reconoció que la ley representa un avance, pero todavía hay muchos pendientes que resolver.

Dávila Fernández expresó su deseo de que la prevención, sanción y erradicación de estos delitos serán prioridad del Ejecutivo federal y de los titulares de gobiernos de las entidades federativas, de modo que no evadan su responsabilidad.

 

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(Se anexa versión)

 

27 de abril de 2017

 

* Versión de la intervención de la senadora Adriana Dávila Fernández, al participar en la discusión de un dictamen de las comisiones unidas de Justicia, de Gobernación, de Derechos Humanos y de Estudios Legislativos por el que se expide la Ley General de Desaparición Forzada de Personas y Desaparición Cometida por Particulares

Buenas tardes, compañeras y compañeros senadores.

Con su permiso, señor Presidente.

Por supuesto que es válido señalar el esfuerzo que significó construir esta iniciativa y también hacer énfasis en las horas de trabajo que se ocuparon para este producto final.

Sin embargo, lo que hoy se aprobará en este Senado, en este tiempo, en este momento y en estas condiciones debería motivarnos específicamente a la reflexión; a la reflexión sobre la enorme responsabilidad que el Poder Legislativo tiene en sus acciones y también en sus omisiones en la construcción de cualquier ley o modificación de ley.

Lo que hagamos bien o mal, tarde que temprano nos alcanzará con sus consecuencias, como nos ha venido alcanzando como país.

Hace casi cinco años que entramos a este Senado, debo reconocer que me entusiasmaba, a pesar de haber sido ya diputada federal y servidora pública, el enorme cúmulo de experiencia que aquí se ha planteado, que aquí se refleja, gobernadores, secretarios de Estado, servidores públicos con amplios años de experiencia, una acumulación que, a mi criterio, serviría justamente para hacer lo mejor en cada ordenamiento legal que tuviéramos.

Siempre pensé que la construcción de las leyes, especialmente la construcción de las leyes relacionadas en materia de derechos humanos, estaría alejada de los intereses electorales, tanto del gobierno como de la oposición; con el paso del tiempo y la experiencia vivida, lamentablemente comprobé, como lo sabía, que no siempre fue así y que, al contrario, esos intereses siempre intervienen para la construcción de cualquier ordenamiento.

En específico en esta ley, en donde tipificamos uno de los delitos más deleznables e inconcebibles, porque en éste participan agentes del Estado que deberían cuidar, proteger y defender a los mexicanos, el sabor que a mí me queda es agridulce, no es ésta una conquista del Poder Ejecutivo y tampoco vengamos a decir en esta tribuna que es una conquista del Poder Legislativo, ésta es, como siempre, la conquista de actores ciudadanos, ciudadanas, organizaciones civiles y víctimas de estos delitos que siempre tienen que estarnos empujando para poder hacer los ordenamientos.

Lo que de este Senado debería de hacer una conquista es hacer mejor nuestro trabajo, es aprender a discutir lo que no estamos de acuerdo y hablar con la verdad, hablar con la verdad a los ciudadanos que vienen y nos visitan, a los colectivos y a las víctimas para decirles qué sí se puede y qué no se puede, de acuerdo con los ordenamientos legales; qué si debemos hacer y qué  no está en nuestras facultades hacer; no sólo establecer en las leyes la letra muerta, que ha sido en los últimos años la constante, la permanente, aquí en este Senado, con tal de darle gusto a todos para evitar pagar los costos políticos que se tengan que pagar, porque siempre estamos en procesos electorales.

Decir la verdad es parte de nuestras obligaciones, decir la verdad y cumplir nuestro compromiso sería también darle seguimiento a que lo que hoy se aprueba no se quede en esta ley, que se convertiría en una letra muerta, tenemos que medir, tenemos que evaluar, es parte de nuestras obligaciones y saber si somos capaces de reformar lo que estamos haciendo mal y reconocer nuestros errores.

He escuchado en muchas ocasiones lo mal calificado que está el Ejecutivo federal hoy, en el sexenio pasado y en otros, como los ejecutivos estatales y a los legisladores nos encanta decir u omitir lo que piensan los ciudadanos de nosotros.

Sin duda, tampoco minimizo, éste es un paso importante, no creo que el resultado tenga que ser prejuzgado, pero creo que lo verdaderamente relevante es hacer que el resultado tenga que ser prejuzgado, pero creo que lo verdaderamente relevante es hacer y dar cumplimiento a esta ley, aún con los errores que hemos señalado con tiempo y con oportunidad desde hace semanas los legisladores del PAN, desde nuestra visión, perspectiva y experiencia.

No basta cuidar la técnica legislativa, tampoco revisar y decirle a los ciudadanos, reitero, que todo es posible. El diálogo con ellos no se puede construir sólo diciendo que sí o negando todo lo que se puede mejorar, porque el ordenamiento que estamos haciendo no vaya a evidenciar las fallas del Estado mexicano, las fallas del Ejecutivo, las fallas del Legislativo.

La intención del Grupo Parlamentario del PAN, la de su servidora, siempre fue que el ordenamiento legal fuera lo más pulcro posible. Es cierto, aún eso es perfectible, cualquier ley es perfectible.

Max Weber decía que el político debe tener amor apasionado por sus causas. Lo cierto es que el problema mayor en este país es saber primero si seguimos los políticos teniendo causas, si los partidos políticos tenemos todavía causas o si nos está ganando la tentación electoral.

También vale la pena señalar si esas causas hoy, que se luchan, que buscan, que se pelean, se le llama necedad ante la indiferencia total de quienes estamos obligados a hacer servicio público.

Sin duda, este es un avance, lo reitero, pero todavía hay muchos pendientes que resolver que planteamos y en cuyos compromisos hechos en las reuniones de las últimas semanas confío se pueda dar en esta Cámara de Senadores, más allá del receso que sigue, porque los periodos extraordinarios también existen.

Seguiré insistiendo, como lo hará el Grupo Parlamentario, en la propuesta que hicimos hace tres años sobre la creación en este Senado del Observatorio Legislativo en materia de Derechos Humanos, que no pretende sustituir ninguna comisión, que lo único que busca es saber si las leyes que estamos aprobando funcionan.

El PAN planteó sus dudas, hizo sus observaciones, generó sus discusiones, pero debo asegurarles que siempre fue con la intención de hacer un mejor ordenamiento y luchar hasta el último momento con pasión para lograrlo.

Confío en que la prevención, sanción y erradicación de estos delitos serán prioridad del Ejecutivo federal, pero también de los ejecutivos locales que no evadan su responsabilidad.

Confío también en que los compromisos hechos para perfeccionar más este instrumento sean cumplidos. Espero y deseo sinceramente que todos los partidos políticos venzamos la tentación de usar estos temas en la arena electoral.

Creo, estoy convencida, de que las cosas pueden mejorar. Este ordenamiento jurídico debe traducirse concretamente en algunas cosas: castigar a quienes cometen estos delitos, buscar a las víctimas de estos delitos, cumplir correctamente con lo que nos mandata en la prevención y sanción el 73 constitucional, pero más confío en que la justicia para las familias no sea inflar las cifras derivadas de las fallas que hemos señalado con la tentación justamente de decir que hay una labor cumplida.

Termino, señor Presidente, diciendo e invitando a todos mis compañeros, y reitero que la tentación no nos venza, estamos a muy poco de un proceso electoral, local primero, federal después, pero las víctimas no tiene que pagar las consecuencias del estira y afloja permanente en esta y en la Cámara de Diputados, que nos evita que los ordenamientos salgan lo mejor posible para ceder un ordenamiento por el otro.

Esta es una ley que debe perfeccionarse, este es un ordenamiento que debe mejorar y estoy segura que si hay voluntad política, que si no hay mezquindad y que si hay compromiso lo podemos hacer, independientemente del tiempo que nos quede.

Es cuanto, señor Presidente. Muchas gracias.

 

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