El Grupo Parlamentario del PRD convocó a dirigentes de organizaciones sociales y políticas a conformar un frente común y emprender movilizaciones civiles "pacíficas" en contra de la iniciativa de Reforma Energética presentada por el Ejecutivo Federal.

Lo anterior en el marco de la clausura del Debate Público de la Reforma Energética, en el que Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Marcelo Ebrard Casaubón llamaron a los diputados y senadores del Sol Azteca no sólo a ir en contra de esta propuesta sino de convencer a legisladores de otros partidos a votar en contra de la misma y así no queden "marcados" por "atentar contra los recursos de la nación".

Ante legisladores y especialistas, el presidente del Grupo Parlamentario del PRD, Miguel Barbosa Huerta apuntó: "Convoco a todos los dirigentes mexicanos y mexicanas de las fuerzas progresistas del país a que constituyamos este frente".

Reconoció que no será suficiente la lucha en el Congreso, "hay que acompañarlo de acción social, vamos a la movilización social, que no sea violenta, una movilización que permita el desarrollo de la vida cotidiana".

Empero, aclaró, el PRD se mantendrá en el debate legislativo: "Esta batalla, estoy cierto, la vamos a ganar mejor si estamos unidos porque sigue el debate dentro de los órganos del Congreso, en las comisiones y, en su momento, en el Pleno".

En este contexto, Miguel Barbosa indicó que si bien debe esperarse la reforma política para lograr la consulta popular, el PRD se encuentra avocado a la reunión de firmas en contra de la reforma energética y consideró que este fin de semana se alcanzará el millón de signaturas ciudadanas.

En su turno, el senador Alejandro Encinas destacó tres temas puntuales dentro de la lucha contra la reforma energética del gobierno: evitar que se renuncie a la exclusividad del Estado en el manejo del área energética.

En especial, puntualizó, se debe insistir en que se retire "un absurdo que propone la iniciativa del Ejecutivo de eliminar el carácter estratégico del petróleo, hidrocarburos y electricidad, cuando éstos no son sólo un asunto de seguridad energética sino son asuntos estratégicos para salvaguardar nuestra seguridad nacional".

En cuanto a los contratos de utilidad compartida "y otras que ahora pretenden imponer", abundó, es fundamental evitarlo, pues se trata de "trasladar a manos de particulares lo que es una fuente fundamental de recursos públicos, que es la renta petrolera”.

Alejandro Encinas advirtió: "El control del petróleo significa poder no sólo económico, también político; renunciar por parte del Estado a tener el control de los hidrocarburos es renunciar al poder político y a los destinos soberanos de nuestro país".

En ello coincidió el líder moral del perredismo Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, al asegurar que la propuesta presidencial "está cargada de ilegitimidad desde el punto de vista político, porque en una campaña electoral que se realizó frente a todo el país, frente a toda la ciudadanía, nunca hubo la más ligera mención de que podría reformarse la Constitución para abrir la puerta a este retorno hacia viejas y nuevas compañías petroleras, para que ellas fueran las que manejen nuestro importante recurso".

En esta reflexión, llamó a senadores y diputados perredistas a promover dentro del Congreso el rechazo a la reforma: "Convénzalos compañeros, amigos legisladores del PRD, de que no queden marcados de por vida como senadores y diputados que… se sometieron a un voto que cedió un recurso natural, vital para el país, a intereses contrarios a nuestra patria".

En su turno, el ex senador Porfirio Muñoz Ledo sostuvo que la iniciativa presidencial es jurídicamente inviable y, por ende, no dará certeza a los empresarios, pues va en contra de principios de la propia Carta Magna respecto a dar continuidad a los preceptos que garantizan la continuidad de la defensa y protección de la riqueza del país, en beneficio del pueblo.

Es también, agregó, la "renuncia a una tesis central de México en materia internacional, como los pactos políticos económicos y sociales de la ONU, que es el derecho de los pueblos a la libre disposición de los recursos naturales”.

En lo anterior coincidió el dirigente del PRD, Jesús Zambrano, al asegurar que su partido no está en contra de una reforma que permita la modernización del sector energético; "pero sí de una privatización" contraria a los intereses nacionales, "pues digan lo que digan en la propaganda de miles de millones de pesos, es una propuesta privatizadora".

Zambrano convocó a la primera "magna manifestación" a realizarse el domingo 17 de noviembre, en contra de la iniciativa gubernamental, al tiempo de sostener que no existe división alguna en el PRD y este encabezará, como principal partido de la izquierda, la lucha contra la privatización del sector energético.

Marcelo Ebrard Casaubón criticó igualmente la pretendida reforma, pues se plantea como "una especie de derrotismo nacional, pues es un gobierno que nos dice: Vamos a modificar la Constitución, no porque queramos otro diseño sino porque no podemos, no sabemos y no tenemos los recursos".

Consideró que "si se adopta la filosofía política que anima el Peñismo, tendremos también que adaptar nuestro proyecto como país a futuro con una idea derrotista y conformista de que México no tiene ni puede tener la tecnología necesaria para explotar sus principales activos".

El político reprochó que la privatización sea establecida como la "tabla de salvación" de la economía nacional y llamó a los legisladores a mantenerse firmes: "No tengamos la ambigüedades como las que acabamos de ver en la reforma hacendaria, que resultaron vergonzosas, les pide que actuemos con resolución y en esta hora de México demostremos por qué la izquierda mexicana no sólo tiene el derecho y la razón para gobernar al país sino también las agallas e integridad para hacerlo".

Por su parte, el padre Miguel Concha Malo también hizo el llamado a los legisladores para la defensa del sector energético nacional: “Apelamos a la conciencia nacional de nuestros legisladores (…) y les pedimos a todos y a todas que sean de verdad representantes nuestros, porque si no, así se los demandaremos”.

Aseguró que "la reforma del presidente Peña Nieto representa ponernos en manos de quienes no tienen interés en beneficiar o proteger la economía del país y constituye, en el menor de los casos, una ingenuidad, una inexperiencia mayúscula, una ignorancia supina, una pérdida de sentido nacional más elemental”.

En el peor de los escenarios, concluyó, "se trata de una verdadera traición que antepone intereses particulares o singulares al interés común y, por tanto, debiera ser sancionada”.

En la clausura del Debate Público de la Reforma Energética participaron también Pablo González Córdova, de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros; Mario José Galicia Yépez, presidente del Comité Nacional de Estudios de la Energía y Silvia Ramos Luna, de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros.

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