Los avances tecnológicos y la aparición de nuevos conocimientos en la medicina han mejorado indiscutiblemente la calidad de vida del ser humano, no obstante también han provocado el surgimiento de nuevos dilemas éticos respecto a la dignidad humana. Tal es el caso del consentimiento informado de quienes participan en investigaciones médicas y el derecho de los pacientes terminales a una muerte digna.

Por ello, en la XX Reunión de la Comisión de Salud del Parlamento Latinoamericano (Parlatino), legisladores de América Latina y el Caribe discutieron sobre la situación de la investigación médica y los cuidados paliativos en sus países con miras a emitir una recomendación a la Asamblea de dicha organización para desarrollar leyes, políticas y programas al respecto en los países de la región.

La senadora Maki Esther Ortiz Domínguez, presidenta de la Comisión de Salud en el Senado de la República, señaló que en México existen códigos para la investigación genética, cuya primicia es que el bienestar del individuo debe prevalecer por encima de los intereses de la ciencia y la sociedad.

Igualmente, se refirió a los lineamientos nacionales que delinean la práctica ante pacientes en etapa terminal, mismos que abogan por una muerte digna aunque no están a favor de la eutanasia.

Así, la legisladora propuso sentar bases y elaborar lineamientos generales que, a la luz de los nuevos conocimientos sobre ética médica, protejan a la persona humana y mejoren la investigación en los países de América Latina y el Caribe. De este modo, los parlamentarios podrían trabajar con las Comisiones de Salud de sus respectivos países para analizar estos temas conforme a sus propias condiciones sociales y culturales.

Luis Velásquez Pérez, presidente de la Comisión de Salud del Parlatino, enfatizó que en cualquier investigación médica en el ser humano deben existir principios básicos de ética. Al respecto, apuntó a la serie de directrices internacionales que ya existen para guiar y regular dichos estudios, como son los códigos de Nuremberg y de Helsinki.

De esta manera, los investigadores están obligados a reconocer la autodeterminación de los pacientes, es decir, su capacidad y derecho a tomar decisiones sobre el tratamiento en el que participarán, así como velar por el bienestar físico, mental y social de los participantes.

No obstante, el diputado cubano afirmó que una de las principales metas para la investigación biomédica a nivel internacional continúa siendo alcanzar principios éticos universales que consideren al ser humano como sujeto de derechos, los cuales puedan ser aplicados en un mundo multicultural con una multiplicidad de sistemas de salud y una variación considerable en los estándares de la atención a la salud.

En este sentido, el segundo vicepresidente de dicha Comisión, el senador argentino Horacio Lores aseguró que mientras que no existan normativas legales respecto a los derechos, consentimiento informado, cuidados paliativos y voluntad anticipada de los pacientes, seguirán existiendo situaciones de conflicto y clandestinidad en estos aspectos.

Por su parte, el senador uruguayo, Luis Gallo, coincidió en la importancia de un marco legal que aborde tanto los derechos de los pacientes como los deberes de los médicos, a fin de que éstos últimos puedan atender con seguridad jurídica. Después de todo, en los casos de suspensión de tratamiento para no prolongar artificialmente la vida de los enfermos terminales, los doctores corren el riesgo de ser acusados de omisión de asistencia.

Los integrantes de la Comisión de Salud del Parlatino acordaron presentar informes sobre investigación médica y conducta ante pacientes en etapas terminales  en la reunión del próximo año, a fin de que sean remitidos a la Secretaría de Comisiones del Parlatino.

En la reunión también estuvieron presentes Elías Castillo González, presidente del Parlatino y la senadora mexicana Blanca María del Socorro Alcalá, secretaria general de dicha organización.

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