Senadores, diputados, Gobierno Federal y expertos trabajarán conjuntamente para impulsar una legislación que potencie el acceso abierto de la información científica, pues subrayaron que es a través del conocimiento por el cual México accederá más rápido a su desarrollo.
En el marco de las mesas de trabajo relacionadas con el Foro de Análisis de la legislación en la materia de acceso abierto y acceso a la información científica, realizadas en coordinación con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la legisladora Ana Lilia Herrera Anzaldo, vicepresidenta del Senado de la República, subrayó que una iniciativa puede ser un primer gran paso de una política pública que pueda apoyar los esfuerzos en todo el país sobre esta materia.
“El interés último del Poder Legislativo es arribar al diseño de una nueva política de divulgación de la ciencia en México; una legislación que potencie el acceso abierto y que ponga al país en el lugar que merece”, declaró.
En tanto que el senador Juan Carlos Romero Hicks, secretario de la Comisión de Ciencia y Tecnología, subrayó que México requiere una mayor capacitación de capital  humano, de financiamiento, de infraestructura, de desarrollo regional, una mejor innovación y, principalmente, seguir creando conocimiento.
Comentó que es la Universidad el lugar en donde se crea y adquiere conocimiento e indicó que se necesita, a través de la libertad, hacer ciencia libre y dirigida.
“En estos momentos, en nuestro país que tiene luces y sombras, lo que la población requiere de todos nosotros son resultados, resultados y más resultados”, enfatizó.
 Por su parte, la diputada Irazema  González Martínez Olivares, secretaria de Ciencia y Tecnología, señaló que el momento que vive México es interesante, toda vez que el presidente Enrique Peña Nieto incrementó el presupuesto para esta materia.
Consideró de suma relevancia la asignación de una oficina vinculante de este tema en la Presidencia de la República, a cargo de Francisco Bolívar Zapata, toda vez que, comentó, “es el asunto más importante para el desarrollo de nuestro país”.
En su turno, el doctor Enrique Cabrero Mendoza, director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), afirmó que para aspirar a una sociedad del conocimiento, es necesario que articulemos a los diferentes componentes de este tipo de políticas y que generemos una conexión entre todas ellas para que la información fluya de la manera más rápida posible; eso define, apuntó, a una sociedad del conocimiento.
Asimismo, subrayó que el conocimiento se convierte en nuestro mundo en el factor más importante de la competitividad y del progreso y la variable clave para el éxito de las naciones.
Por su parte, el coordinador de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Presidencia de la República, Francisco Bolívar Zapata, manifestó que México es un país que todavía tiene mucho que hacer para desarrollar la ciencia y tecnología, pero que nuestras capacidades y posibilidades son muy diferentes a las que tienen en países desarrollados.
Aseveró que mientras en Estados Unidos la investigación la patrocinan las empresas privadas, en nuestro país es  el Estado quien financia la mayor parte  y es por ello que el Presidente está convencido de que hay que hacer un esfuerzo más importante.
Bhanu R. Neupane, Representante de acceso abierto de la UNESCO, mencionó que México va a la zaga en lo que se refiere al mejoramiento del sistema nacional de innovación; a pesar de que en la última década la contribución del país al desarrollo de su base científica ha mejorado, dijo, no ha logrado alcanzar los niveles promedio de los países de la OCDE.
Detalló que sólo 6 por ciento de la ciencia y tecnología es desarrollada internamente y México es uno de los países de la OCDE que presenta más rezagos en ciencias y matemáticas, además de contar con la menor cantidad de personas con doctorado por habitante.
Por su parte, la doctora Ana María Cetto Karmis, investigadora del Instituto de Física de la UNAM, señaló que en México ha habido una carencia de  políticas públicas en cuanto al manejo de la información científica, a lo que se suma una pobreza en infraestructura, capital humano especializado y factores culturales.
Indicó que el surgimiento de las tecnologías de la información e investigación “representa para las instituciones la oportunidad de crear nuevas condiciones y métodos para dar visibilidad y acceso a su producción científica a un número creciente de usuarios”, entre los cuales se verían beneficiados la comunidad académica y de investigación.
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