Entre las causas por las que a diario desertan mil 800 jóvenes del nivel bachillerato destacan la imposibilidad de que puedan quedarse en su primera opción en la UNAM o IPN,  así como la desinformación sobre becas y otros respaldos gubernamentales o de instituciones públicas.

Así lo estableció la Comisión Permanente, al exhortar al titular de la Secretaría de Educación Pública a informar de manera amplia sobre los diversos programas de becas que se ofrecen a nivel nacional, tanto en educación media superior y superior.

Lo anterior a propuesta del Grupo Parlamentario del PRI, el cual establece que brindar mayor información sobre las becas “pudiese significar la posibilidad de no ser parte de los  1.3 millones  de jóvenes que año con año pasan a engrosar el universo de los llamados ninis”.

Ello, al hacer referencia al informe de la organización Mexicanos Activos, AC, el cual revela que hasta 20 por ciento de los jóvenes que ingresan cada año al bachillerato desertan en el primer trimestre, el equivalente a más de 375 mil. A lo largo del año escolar la cifra se eleva a más de 650 mil jóvenes, esto  representa que a diario mil 800 jóvenes, entre 15 y 18 años de edad, abandonan sus estudios.

En el fundamento del dictamen correspondiente, se establece que aun cuando “al ser obligatoria la educación media superior no debiera haber exclusiones, lo cierto es que al concentrase la demanda en los planteles de la UNAM, UAM e IPN y, en menor medida en el Colegio de Bachilleres, son decenas de miles los que renuncian a sus aspiraciones, por no ser seleccionados para incursionar en esas que serían sus primeras opciones”.

A ello se suma la falta o insuficiencia de otro tipo de incentivos, “como pudieran ser las becas para seguir estudiando, condicionadas a múltiples requisitos, un mínimo promedio entre otros”.

El exhorto remitido a la SEP destaca que “existe una falta de sistematización de la información alrededor de dichos apoyos,  lo que genera desinformación y confusión en no pocos prospectos o candidatos a ellas, que en la práctica no pueden gozar de esos beneficios, viéndose orillados a truncar sus estudios, a incorporarse prematuramente al mercado laboral y, en general, a modificar su plan de vida”.

Ello puede derivar en escenarios más negativos, como el que miles de jóvenes sean orillados a engrosar las actividades en la economía informal, o sean presa fácil de las redes del crimen organizado “que encuentran en ellos campo fértil para seguirse expandiendo”.


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