La fracción del PT  anunció que presentará  una  reforma energética contraria a la acordada en el  Pacto por México, al afirmar que la pretensión del actual gobierno es permitir una mayor inversión privada en el sector por parte de empresas extranjeras, lo cual en un futuro permitirá al gobierno de Estados Unidos tener una injerencia directa en decisiones económicas en nuestro país bajo el argumento de proteger a los empresarios estadounidenses.

Así lo señaló el coordinador parlamentario del PT, Manuel Bartlett Díaz al advertir que incluso su partido llamará a la movilización social para impedir que se apruebe la reforma pactada por el PRI, PAN y PRD dentro del Pacto por México.

Lo anterior en el marco de la presentación del libro Estrategia urgente en defensa de la nación; política energética para que México sea potencia económica en el Siglo XXI, donde Bartlett Díaz estuvo acompañador por el líder del PT, Alberto Anaya, así como de los autores de dicho texto.

“Lo más grave de un país es que su presidente lo esté engañando”, apuntó Bartlett Díaz al asegurar que el Gobierno Federal pretende manipular la información en torno a la reforma energética, “engañan a los mexicanos porque saben que no quieren que los extranjeros se apoderen del petróleo”.

Lo más grave, puntualizó, es que se pretende evitar el debate en el Congreso de la Unión al pretender imponer al  Pacto por México como “la suprema sabiduría anticonstitucional, antidemocrática” en la que votan PRI, PAN y PRD.

Es por ello, afirmó el senador poblano, que es necesaria la acción de la población: “Lo que decimos es fundamental esta vez, es una situación más grave,  que la ciudadanía, las organizaciones, los partidos hagan su trabajo para movilizar a los mexicanos e impedir que nos conviertan ya francamente en una colonia de los Estados Unidos. Es un capítulo fundamental luchar contra la manipulación, si no hay una participación social ciudadana importante en todo el país, lo van a hacer”.

En lo anterior coincidió Gonzalo Núñez, coautor del libro en mención, al  referir las posibles consecuencias que derivarán de aprobarse la reforma como se contempla en el Pacto por México. Pemex, sostuvo, perderá el poder de decisión y se convertirá únicamente en un “administrador de contratos”.

En consecuencia, sostuvo,  México recibirá “una renta petrolera menor a la actual, que se subsanará con un régimen fiscal con mayores impuestos para la población, ya lo estamos viendo, ya lo estamos viviendo”, lo cual vulnerará más la capacidad económico-financiera con graves consecuencias, porque “si no hay soberanía económica, no hay soberanía nacional”.

Gonzalo Núñez acusó a los participantes del Pacto por México de mentir a la población respecto a la supuesta tendencia mundial de apertura a la inversión privada, “nos están echando un cuento…  en la realidad 83 por ciento de las reservas petroleras a nivel mundial están en manos de empresas estatales, las grandes industrias privadas no alcanzan el 11 por ciento”, al tiempo de advertir que este engaño lleva implícita la pretensión de ocultar que ya se entregó a empresas extranjeras la generación de entre 35 y 40 por ciento de la producción de energía eléctrica.

Para Rosío Vargas Suárez, coautora del libro,  la industria petrolera de Estados Unidos considera que ha llegado el momento de acceder, para su industria, a los recursos petroleros de México.
 
Subrayó que buscan es una expansión en beneficio para su propia industria, justamente para acceder a la explotación de los recursos petroleros y gases costa afuera.
 
Por lo que alertó que la industria norteamericana pretende es tener más empleos para sus ciudadanos y una derrama económica en beneficio de su propia, lo que tendría implicaciones para México.
 
Esto se daría pues una vez que hay una propiedad de los extranjeros en territorio nacional, el Estado Norteamericano tiene todo el derecho y deber de proteger a sus co-ciudadanos y “esto implica una posibilidad de interferencia directa con el territorio nacional”.
 
 
En su momento, Alberto Montoya Martín del Campo consideró que México debe tener una política energética en función del interés nacional y, por lo tanto, la Constitución debe ser respetada y la renta petrolera destinada a la inversión.
 
Aseveró que es verdaderamente increíble que el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, “quien se supone es un hombre enterado de cuestiones económicas”, haya afirmado que era necesaria la privatización de los hidrocarburos para que bajaran las tarifas eléctricas.
 
O bien el señor, enfatizó, es ignorante de los asuntos energéticos, que no lo es porque su tesis la hizo sobre los asuntos e impactos de los shocks petroleros en las finanzas públicas, o deliberada y cínicamente nos miente y nos pretende engañar.

Para el analista Alfredo Jalife, el libro presentado es un manual de diez mandamientos, “muy bíblico, contra la contra-bíblica, hereje y apostata del Pacto contra México”.
 
Enfatizó que, haciendo referencia a la obra escrita por él, “el petróleo no se mueve sólo, -menos en un sistema financierista en el que estamos inmersos- toda vez que se requiere impulsar la banca nacional, ya que el país es el peor en estos términos a nivel mundial, pues dijo que 92 por ciento de la banca que opera en México, en términos de capitalización de mercado, está en manos de orates”.

El especialista Javier Jiménez Espriú advirtió que si bien es cierto que no se privatizará Pemex, como lo afirma el gobierno, en los hechos “esta aseveración oculta la intención fundamental que es la de privatizar la industria energética nacional, que va mucho más allá de Petróleos Mexicanos  y privatizar algo muy serio que es la renta petrolera”.

Advirtió que ante las fuerzas que se enfrentan en esta reforma, “no se puede ir simplemente a la guerra sin fúsil… yo he expresado que debemos  levantarnos nuevamente en armas,  pero con las armas de la inteligencia, del patriotismo… Tenemos que movilizar a la gente, no vamos a estar en posibilidades de con argumentos defender suficientemente del peligro que  tiene México, debemos buscar las formas adecuadas”.

Estableció que es necesario informar a la población lo referente a la reforma energética, a través de los nuevos medios de comunicación y así contrarrestar a quienes tienen interés de la privatización del sector energético. “Si esta gente para ir por la fuente de Petróleos va por la reforma, pues nosotros vayamos por la revolución”, concluyó.

 


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