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En la conmemoración del 94 aniversario luctuoso de Emiliano Zapata Salazar, senadores de la República señalaron que el problema agrario no se resolverá si no se atienden las injusticias que enfrentan cotidianamente los campesinos y se pronunciaron por salvaguardar los derechos de los que menos tienen.

Desde la tribuna, la senadora priista Lisbeth Hernández Lecona destacó que Zapata siempre se mostró fiel a los principios del Plan de Ayala, ideario agrarista en el que se reflejaban los anhelos de los campesinos sintetizados en la frase “Tierra y Libertad”.

Resaltó que la recuperación de las tierras que les habían quitado a los campesinos era el principal objetivo del general y su movimiento liquidó el latifundismo; además repartieron la tierra, confiscaron los ingenios y una gran empresa papelera y las pusieron a trabajar en beneficio de la población, fundaron un banco agrícola y abrieron numerosas escuelas primarias.

Recordar al célebre y distinguido revolucionario es emular sus acciones a favor del pueblo y de los más desprotegidos, así como salvaguardar los derechos de los que menos tienen: “Imitemos esa conducta erradicando toda acción que lacere los intereses de nuestra sociedad”, enfatizó.

Jorge Luis Preciado Rodríguez, del PAN, reconoció la importancia de Emiliano Zapata como caudillo de la Revolución Mexicana por su valor, entrega y pasión por el pueblo y coincidió en que las comunidades del campo, en especial las que se encuentran en pobreza extrema, deben ser el centro de una política integral para mejorar sus condiciones de vida.

Para nuestro partido, subrayó, el problema agrario no se resolverá si no se atienden las injusticias que enfrentan cotidianamente los campesinos mexicanos, por ello, coincidimos con el ideal de Zapata de que la “tierra es de quien la trabaja, pero que la trabaje para hacerla producir y no para que permanezca ociosa e improductiva”.

Por el PRD, el senador Fidel Demédicis Hidalgo consideró que la República vive momentos aciagos similares a los que se vivían antes de que estallara la Revolución en 1910, pues tenemos un país con 60 millones de mexicanos en pobreza patrimonial y 28 millones de ellos en pobreza alimentaria.

El hambre, advirtió, “es el caldo de cultivo más idóneo para generar la irritación social y la desesperación de que el pueblo busque por la fuerza lo que no puede lograr con el producto de su trabajo y por la vía pacífica”.

Finalmente, la senadora del PT, Martha Palafox Gutiérrez afirmó que la injusticia sigue permeando en un campo mexicano que se modernizó en beneficio de pocos terratenientes y de grandes empresas que industrializaron ciertos sectores, sin que ello se traduzca en el bienestar de la población a la que han despojado de sus medios de subsistencia.

 Con la llegada de las políticas derivadas del Tratado del Libre Comercio con América del Norte, dijo, se acentuó el rezago del medio rural y en su mayoría “se ha convertido en unidades habitacionales”.

 

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