La Comisión Permanente pidió al Ejecutivo federal, así como al jefe de gobierno del D. F., que el nombre don Gilberto Bosques Saldívar quede inscrito en una plaza pública y/o en una calle de la Ciudad de México, en homenaje a la labor que desempeñó durante el Holocausto.

Al presentar la propuesta, aprobada por la Asamblea legislativa, el senador Alejandro González Yáñez, del PT, recordó que don Gilberto Bosques fue revolucionario, congresista, educador, periodista, escritor, diplomático y, sobre todo, humanista y patriota.

El diplomático mexicano, enfatizó, “llevó sus esfuerzos y compromiso con la protección de las personas más allá de lo que su responsabilidad profesional estrictamente le exigía, y le dio a la institución del asilo político una connotación humanista que se adelantó por algunos años, a la Declaración Universal de los Derechos Humanos”.

Además, participó en la rebelión de Aquiles Serdán en 1910. Tras el triunfo de la Revolución se hizo político. En 1939, cuando la República Española cayó ante el embate franquista, el presidente Lázaro Cárdenas lo nombró cónsul general en París, pero salió de esa ciudad cuando estaba a punto de ser tomada por los alemanes.

Su primera preocupación, rememoró González Yáñez, fue defender a los mexicanos residentes en la Francia no ocupada, pero protegió también a libaneses con pasaporte mexicano y a refugiados españoles que buscaban huir de los nazis.

De hecho, agregó, se cree que fue él quien convenció al presidente Cárdenas de abrir las puertas de México a los republicanos españoles.

El Congreso mexicano, subrayó, “no puede ser menos en el rendimiento de un justo homenaje a un mexicano cuya conducta nacional no sólo ha sido digna y ejemplar, sino que significó la protección de la integridad física y la vida de más de cuarenta mil hombres, mujeres y niños de muy diversas nacionalidades”.

La propuesta fue signada por el senador Ricardo Monreal Ávila.

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