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La Cámara de Senadores se solidarizó con el pueblo, las familias de las víctimas y el gobierno de Guatemala, ante las pérdidas humanas y materiales provocadas por el temblor de 7.3 grados en la escala de Richter que ocurrió en esa nación el pasado 7 de noviembre.

Además, hizo un llamado al Ejecutivo federal para que brinde a ese país “toda la ayuda humanitaria y material posible para el pronto retorno a la normalidad en las comunidades que han sufrido la embestida de la naturaleza”.

Al presentar el punto de acuerdo, la senadora panista Mariana Gómez del Campo Gurza expresó que “en México sabemos lo que significa en carne propia las consecuencias de un terremoto con magnitudes catastróficas y entendemos mejor que nadie la importancia de la ayuda humanitaria y el respaldo internacional”.

Reconoció que las acciones para enfrentar los efectos del desastre, encabezadas por el presidente Otto Pérez Molina, “han sido eficaces”, pero “este ha sido el sismo más violento que ha azotado esa región en 36 años”.
 
Dijo que el departamento de San Marcos, al norte del país,  fue el más perjudicado y hasta el momento se reportaron 95 réplicas, 52 decesos, 22 desaparecidos, cinco mil 251 damnificados  y más 1.2 millones de personas afectadas.

Agregó que por su situación geográfica, el territorio de Guatemala --al igual que el sureste mexicano-- es propenso a los temblores, ya que se encuentra ubicado entre las placas tectónicas de Norteamérica, del Caribe y de Cocos. 

“México --advirtió-- no está exento de este tipo de fenómenos naturales, ya que por nuestro territorio se encuentra también la placa del Pacífico”.
 
 


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