Número-371

  • Organizaciones de la sociedad civil señalaron que debe ser ajeno a cualquier índole política, religiosa y conflicto de interés.

 

Senadoras y senadores de la República se reunieron con organizaciones de la sociedad civil y especialistas, a efecto de analizar el perfil que requiere el nuevo presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), ante los retos que enfrenta el país en esta materia.

 

En el encuentro con integrantes de las Comisiones de Derechos Humanos y Justicia, las organizaciones de la sociedad civil señalaron que el nombramiento del titular de la CNDH debe quedar alejado de cualquier consideración de índole política. Su perfil tiene que ser independiente de cualquier partido, religión y conflicto de interés.

 

La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Kenia López Rabadán, aseguró que no se necesita una presidenta o presidente, que de manera sistemática reaccione negativamente a todo lo que el Gobierno haga, pero que tampoco actúe de manera subordinada y acepte todo.

 

La senadora Martha Lucía Micher Camarena, de Morena, coincidió en que el nuevo titular de la CNDH no debe venir de filiaciones y pertenencias políticas o de gobierno; no obstante, aclaró que le preocupa que se les pida a los aspirantes una “pureza” ideológica y política para llegar al cargo.

 

A su vez, el senador Emilio Álvarez Icaza dijo que se trata de que los candidatos tengan un perfil apartidista, más allá de la ideología, pues ésta última es un derecho de cada persona que se debe garantizar. Lo que sí queremos es que esté libre de esta tendencia política de cuotas y cuates, agregó.

 

El senador del PRD, Miguel Ángel Mancera Espinosa, dijo que es fundamental la participación de las organizaciones sociales en este ejercicio de Parlamento Abierto. Deben hacer llegar cualquier tipo de observación durante el proceso de elección, precisó.

 

Dijo que es muy loable que se comparezca cuando no se acepta una recomendación, “pero hay una limitación clara en este ejercicio que depende de la mayoría”, por lo que dijo que se requiere de la mejora de este mecanismo de rendición de cuentas.

 

Por su parte, el senador de Morena, Miguel Ángel Navarro Quintero, señaló que las políticas de derechos humanos encierran mucha simulación, en los estados, precisó, los órganos autónomos, en su mayoría, están al “mande usted” de los gobiernos locales.

 

Es necesario fortalecer una verdadera autonomía de las comisiones de los derechos humanos de los estados, puntualizó.

 

Al respecto, de la Barra Mexicana de Abogados, Claudia Aguilar, señaló que el nuevo titular debe contar con un perfil intachable, sin antecedentes de actos de corrupción, con un conocimiento profundo de las funciones de la Comisión, porque “a dicho organismo no se puede llegar a aprender”.

 

El costo de oportunidad es muy alto y cada día hay víctimas que necesitan de su labor y compromiso, subrayó.

 

También destacó que la persona que la presida tiene que ser cercana a las víctimas, entender su dolor y representar una figura conocida para dichas personas. Se necesita un ombudsman abierto al derecho internacional, con las herramientas que le permitan hacer frente a los actos de abuso del poder público que puedan llegar a presentarse.

 

Santiago Aguirre, del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, puntualizó que sería preocupante elegir un perfil que no reconozca la existencia de una crisis de derechos humanos. Las cifras en México de desaparecidos son críticas por sus secuelas de impunidad y daños.

 

El perfil de la persona debe mostrar probado compromiso con los temas críticos en materia de derechos de los pueblos indígenas, migrantes y derechos de las mujeres, concluyó.

 

En su oportunidad, Javier Sicilia, del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, consideró que quien llegue a encabezar la CNDH, sea mujer u hombre, “debe ser un hijo de la chingada, en el buen sentido de la palabra”, para poner un coto al poder y “equilibrar lo que está desequilibrado de una forma brutal y espantosa”.

 

Explicó que en el país debe haber equilibrio entre la legalidad y legitimidad, por lo que el nuevo titular de la Comisión deberá hacer lo posible para que estos dos principios empaten. Tiene que ser “una cabrona y un cabrón bien hecho y bien planteado” para lograr ese objetivo, expresó.

 

 

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