En México se han contabilizado alrededor de 30 mil muertos en cuatro años: mil 200 policías, 80 soldados, 15 marinos, mil 800 civiles -en enfrentamientos o por equivocación- y 27 mil fueron asesinados por los delincuentes, sostuvo el senador Felipe González González.

Lo anterior, durante la reunión de la Comisión de Seguridad Pública, que preside el legislador panista, quien señaló que dentro de la revisión de iniciativas, se estudia la minuta por la que se expide la Ley General para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia.

Por ello, dijo, se invitó a Irvin Waller, experto en conocimientos en torno a la prevención de la violencia y la prevención de los delitos, para enriquecer el tema y conocer de su experiencia a nivel mundial.

Waller, director ejecutivo fundador del Centro Internacional para la Prevención de la Criminalidad de Naciones Unidas, afirmó que el desafío de México es incentivar una acción eficaz para disminuir el número de víctimas y la violencia en las calles, hogares y escuelas.

La respuesta, explicó, sería adoptar una ley que siga los principios de las Naciones Unidas, que utilice el conocimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que invierta recursos en implantar ideas de la Ley resultante.

“La violencia es prevenible. La clave del éxito es un enfoque sostenido, integral y orientado a los resultados llevados a cabo en los más altos niveles de gobierno, y considerar que las posibilidades de éxito en el retorno de la inversión en prevención eficaz es considerable”, puntualizó el experto.

En su ponencia Waller consideró que para reducir la violencia y proteger a las víctimas es necesario crear una comisión permanente.

Asimismo, recalcó que hace falta invertir más en “la efectiva prevención de la violencia” ya que utilizando el equivalente al 10 por ciento de los gastos actuales en el sistema penal, la violencia se reduciría en 50 por ciento en un período de 10 años.

Según análisis de costos y beneficios de proyectos sugieren que cada aumento de los gastos en las acciones reactivas debe haber una inversión equivalente en políticas de “prevención eficaz”, agregó

Incluso explicó que el establecimiento de procesos de gobernabilidad en todos los órdenes de gobierno requiere una inversión inmediata y el desarrollo de las capacidades.

Al hacer uso de la palabra, el senador José María Ramón Valdés, del PRI, comentó acerca de un posible cambio de estrategia en donde hubiera menos represión y más seguridad. Estas acciones podrían estabilizar el problema de la inseguridad.

En tanto, el senador priista Fernando Baeza Meléndez recalcó que en México la incidencia delictiva, narcotráfico y conductas derivadas tienen mucho factores, en primer lugar la injusta distribución del ingreso, concentración del ingreso y proceso creciente de pauperización.

Aseguró que México tiene una coexistencia con el país con más alto consumo de psicotrópicos y estupefacientes, zonas con poco desarrollo, que son baluartes de la delincuencia organizada, por lo que no hay oportunidades de empleo más que las que genera la delincuencia organizada.

Consideró necesario abrir tres frentes: la prevención del delito con la atención a las victimas, la aplicación de la ley porque la impunidad favorece la incidencia y reincidencia delictiva, y la cultura en el respeto de la ley; es decir, generar conciencia para que los mexicanos obedezcan sus leyes.

A su vez, el senador por Convergencia, Eugenio Govea Arcos, consideró que la prevención es el camino a una respuesta, pero también lo es la procuración e impartición de justicia, rehabilitación y un entorno que permita generación y distribución de riqueza y una vida digna.

Señaló que el acceso a las armas es una situación complicada en el país, ya que se tienen que aparejar las medidas para contener los problemas porque “en el país se vive al revés: hay producción legal de marihuana en Estados Unidos, mientras que en México se castiga con cárcel a los productores de ésta”.

Además, no hay retenes de norte a sur que prevengan el ingreso de armas de fuego procedentes de Estados Unidos, “pero sí hay de aquí para allá, para evitar que la droga transite a ese país”, finalizó.

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