Número-1246

  • Es necesaria una nueva reforma que contemple pensión universal, seguro de desempleo, efectividad en el gasto público y el federalismo fiscal.

A pesar de que la recaudación tributaria aumentó en los últimos años con la Reforma Hacendaria, aún hay rubros que deben ser analizados y atendidos, como el control del endeudamiento, la seguridad social y el crecimiento económico, refirieron especialistas durante el foro “Balance de la Reforma Hacendaria”.

En la mesa organizada por el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, coincidieron en que a largo plazo será necesaria una nueva reforma hacendaria que contemple la pensión universal, el seguro de desempleo, y atienda con profundidad la efectividad en el gasto público y el federalismo fiscal.

Nuevas propuestas para fortalecer el marco fiscal deben ser discutidas en el Congreso de la Unión para consolidar las finanzas públicas, y generar el espacio fiscal que enfrente los problemas que pudieran presentarse en el mediano y largo plazo, señalaron.

Detallaron que de 2013 a 2017, los ingresos tributarios, como proporción del PIB, pasaron de 9.6 a 13.1 por ciento; y las modificaciones al Impuesto al Valor Agregado y al Impuesto Sobre la Renta elevaron los ingresos en 1.7 puntos porcentuales del PIB, en ese periodo.

Determinaron que, en conjunto, el aumento en la recaudación permitió compensar la caída de los ingresos petroleros, que pasaron de 8.3 a 3.8 por ciento del PIB en el mismo periodo.

José Luis Clavellina Miller, director general de Finanzas del IBD, explicó que en el caso del ISR, la recaudación aumentó de 5.8 a 7.2 por ciento; el IEPS pasó de cero a 1.7 por ciento; y el IVA se elevó de 3.4 a 3.7 por ciento.

En cuanto a la responsabilidad hacendaria, a pesar de que se establecieron los requerimientos financieros del sector público y su saldo histórico como ancla fiscal, y el límite máximo del gasto corriente estructural como regla fiscal, la deuda siguió creciendo, dijo.

Raúl Carbajal Cortés, de la Facultad de Economía de la UNAM, refirió que la reforma fue esencialmente recaudatoria, y en ese sentido “ha sido exitosa”; pero no logró remontar el 2.5 por ciento promedio de crecimiento, que México ha tenido en los últimos 30 años.

Dijo que se debe considerar un nuevo paradigma en las finanzas públicas, y “ver más allá del contexto de reglas fiscales que han estabilizado, por no decir estancado, a la economía”.

Enrique Cárdenas Sánchez, profesor investigador de la Universidad Iberoamericana en Puebla, comentó que el aumento en la carga fiscal en la recaudación en este sexenio es el más alto en la historia, en términos de puntos porcentuales del PIB.

Del incremento de la recaudación fiscal, más de la mitad es por el ISR, y de éste, la mitad se debe a personas físicas y la otra mitad a personas morales, lo que se explica por el crecimiento en la formalización y más empresas que pagan impuestos.

“Tenemos que abaratar la informalidad, (ir hacia) la formalización de la economía, tenemos que hacer crecer la economía, porque es lo único que nos va a llevar a tener mayor recaudación”, determinó.

Gabriel Farfán Mares, de la Comunidad Mexicana de Gestión Pública para Resultados, refirió que el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios tuvo un efecto recaudatorio positivo, pero la parte extra fiscal dejó mucho que desear.

Además, el efecto del gobierno sobre la redistribución del ingreso es prácticamente nula, comentó; lo cual es atípico en cualquier país de América Latina.

También se realizó la mesa “Balance de la Reforma Hacendaria”, en la que participaron especialistas de la UNAM, del Banco Interamericano de Desarrollo, del Instituto Tecnológico Autónomo de México y de la Universidad Autónoma Metropolitana.