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El Banco de México informó a la Comisión Permanente que en el primer trimestre de este año la inflación se ubicó en 3.73 por ciento, “un nivel menor” al que se presentó en el mismo periodo de 2011.
Indicó que el desarrollo de la inflación general durante los tres primeros meses de este año fue acorde con lo previsto.
Señaló que la inflación anual del Índice Nacional de Precios Productor disminuyó al pasar de 5.74 al 4.83 por ciento entre diciembre de 2011 y marzo de este año.
Dicho resultado fue influido por las bajas observadas en grupos de productos agropecuarios y pesqueros, maquinaria y equipo de construcción.
Por otro lado, el Banco Central reportó que el salario base de cotización del Instituto Mexicano del Seguro Social aumentó 4.3 por ciento durante en el primer trimestre de este año, mientras que el salario contractual negociado creció 4.4 por ciento.
Asimismo, estimó que el Producto Interno Bruto observó en este periodo un incremento de 1.2 por ciento, “ligeramente por debajo del crecimiento trimestral promedio registrado en el segundo y tercer trimestre de 2011”.
De igual forma, expuso que la cuenta corriente mostró un “déficit moderado”, mientras que la reserva internacional se incrementó en 7 mil 788.7 millones de dólares.
Destacó que pese al desempeño favorable de la economía mexicana algunos indicadores de índole más “prospectiva” tienden a sugerir que el ritmo de expansión de la actividad económica continuará siendo “relativamente moderado”.
Según el Banco de México la fortaleza del marco macroeconómico de nuestro país es un elemento fundamental que ha contribuido a que la economía se haya mostrado resistente a choques externos que ha enfrentado de manera favorable.
En este sentido, precisó que ese comportamiento se derivó de la combinación de tres elementos fundamentales: la depreciación del tipo cambiario que se dio de manera ordenada, las exportaciones y al adecuado funcionamiento del sistema financiero.
Sin embargo, advirtió que las condiciones externas que enfrentará la economía mexicana en los próximos años no serán necesariamente propicias para logar el ritmo de crecimiento que México requiere para alcanzar niveles de desarrollo significativamente más elevados.
Por ello, se pronunció por “continuar con el avance del cambio estructural de la economía, a fin de fortalecer sus fuentes internas de crecimiento”, por lo que es fundamental adoptar reformas estructurales que promuevan la competencia y la flexibilidad en los mercados de insumos.
Puntualizó que el avance las reformas señaladas también influiría favorablemente en el desempeño del sistema nominal de la economía, y por ende, fortalecería la presencia de un ambiente de inflación baja y estable.
Una mayor productividad --añadió-- permitiría satisfacer una demanda agregada más dinámica sin generar presiones sobre la inflación, además de una mayor competencia que beneficiaría directamente a los consumidores, a través de menores precios.
El informe se remitió a las comisiones de Hacienda y Crédito Público de ambas cámaras legislativas para su análisis.
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