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• Se aprobaron reformas relevantes: PAN
• PRI: se buscó superar el encono y evitar la ruptura en 2006
• En momentos críticos el Senado abrió sus puertas al debate público: PRD
• Siempre mostró espíritu reformador: PVEM
• PT: No se cambió “ni un centímetro el curso de la historia”
• MC: Trabajo legislativo por debajo de las demandas nacionales
• Hubo avances y estancamientos, pero no retrocesos: NA
El Senado de la República concluyó este lunes seis años de trabajo legislativo
En sesión solemne, legisladores del PAN, PRI, PRD, PVEM, PT, Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza fijaron sus posicionamientos e hicieron un balance de las actividades correspondiente a las LX y LXI Legislaturas.
A nombre de Acción Nacional, la senadora Gabriela Ruiz del Rincón aseguró que sería “simplista” afirmar que se hizo poco en estas dos legislaturas, pues se aprobaron reformas relevantes en materia de derechos humanos, medio ambiente, educación, amparo, penal, acciones colectivas y migración.
Consideró que “la variedad de los diversos frentes que trabajamos reflejan el esfuerzo por responder a una realidad social cada vez más compleja que precisa de la acción legislativa para tener un marco jurídico más fuerte”.
Sin embargo, consideró que aún quedan reformas pendientes “muy importantes” en materia de seguridad como el fortalecimiento y reorganización de los cuerpos policiales, un ordenamiento para combatir el lavado de dinero y una ley de seguridad nacional.
Por ello, dijo que más allá de diferencias partidistas y cálculos políticos “debemos reconocer que las exigencias de la lucha contra la delincuencia organizada y de asegurar una viabilidad financiera del Estado obligarán a la siguiente legislatura a aprobar reformas en esta materia y no hacerlo le costará mucho al país, a las instituciones y a los ciudadanos”.
Por su parte, el coordinador de los senadores priistas, Manlio Fabio Beltrones recordó que en 2006 “se dieron los pasos necesarios hacia una reconciliación que nos permitiera evitar una ruptura que parecía ineludible, por lo que nuestra decisión fue que debíamos superar el encono pero también resolver las cuestiones que nos habían llevado a esa irrepetible situación”.
Buscamos --agregó-- abordar nuevos modelos de comunicación política para evitar que en estas elecciones se presentaran problemas como los que vivimos en 2006 y si era necesario atender un nuevo modelo de procuración de justicia, lo atendimos sin demora, y si debíamos profundizar la observancia de los derechos humanos, aportamos un modelo de respuesta apropiado con la reforma constitucional.
Sin embargo, reconoció que “no ha sido un camino fácil ni ha estado exento de obstáculos o malos entendidos, pero concluimos nuestra labor plenamente convencidos de que por larga y sinuosa que parezca, la ruta de la política democrática y pluralista siempre resulta mejor”.
Destacó que en las dos últimas legislaturas se demostró que en la pluralidad y la diversidad sí es posible construir acuerdos parlamentarios y políticos, gracias a partir de la actuación de un Senado moderno y reformador como “el que nos hemos propuesto consolidar”.
Por el PRD, el senador Carlos Navarrete Ruiz expresó que en la LX y LXI legislaturas el Senado de la República se reafirmó como un órgano reformador, por lo que ya no es la cámara de los conservadores ni la que cierra sus puertas al debate.
En momentos críticos --dijo-- el Senado abrió sus puertas al debate público, para los foros de consulta y a las diversas expresiones de la sociedad, y así sucedió en las reformas que impulsamos para superar el ambiente de polarización después de la elección presidencial.
Resaltó que “muchos acuerdos parlamentarios y consensos políticos fueron posibles por el respeto y el reconocimiento que se construyó en el trato diario de los coordinadores de los grupos parlamentarios”.
En este sentido, subrayó que gracias a ello se lograron avances sustanciales en materia de economía, de derechos humanos y sociales, justicia, reforma política, educación, salud y cultura.
A su vez, el senador del Partido Verde, Arturo Escobar y Vega, dijo que el Senado mostró un espíritu reformador desde el primer día y “había desde el inicio ganas y voluntad de transformar a las instituciones”.
Sin embargo, consideró que en 2008 se perdió la oportunidad de hacer una “gran reforma energética” porque “no permitimos que una mayoría se pronunciara para reformar Petróleos Mexicanos y convertirlo en una empresa moderna y competitiva que rindiera cuentas y que realmente fuera una palanca de desarrollo para el país”.
Pero, anunció, pronto habremos de darle a México una transición energética que convierta en realidad el anhelo de que aquello que tenemos de recursos naturales nos va permitir darnos un verdadero bienestar.
En opinión del senador Ricardo Monreal Ávila, del PT, en este sexenio “pudimos haber obtenido el récord histórico de iniciativas presentadas y aprobadas”, pero no se cambió “ni un centímetro el curso de la historia” de nuestro país.
Dijo que en las dos legislaturas se promovieron reformas constitucionales que profundizaron el proyecto económico y político neoliberal, “que ha permitido el saqueo de los recursos públicos” y hubo “una tolerancia --casi complicidad-- a la corrupción del Estado”, institucionalizada, tolerada y promovida por el gobierno.
Además, señaló, se instauraron figuras jurídicas “ominosas” como el arraigo y el testigo protegido y otras que acentuaron la desigualdad y permiten la persecución de movimientos sociales y la criminalización de la protesta social.
En tanto, el senador por Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, coincidió en que el trabajo legislativo “ha estado por debajo de los afanes y las demandas nacionales”.
Afirmó que su fracción parlamentaria se pronunció por “defender las causas de las causas de las mayorías, mitigar la dolorosa desigualdad que agobia a México, avanzar a la democracia y lograr una sociedad incluyente e igualitaria”.
Sin embargo, señaló, “no nos hemos convertido en solapadores de la ineficacia gubernamental y de un moldeo económico que no ha sido suficiente para atender las necesidades del país”.
La senadora Leticia Jasso Valencia, de Nueva Alianza, reconoció que en la LX y LXI legislaturas “hubo avances y estancamientos, pero no retrocesos”, porque se lograron consensos a pesar de las diferencias ideológicas de los diversos grupos parlamentarios.
Resaltó que el papel de los legisladores “no es salir a las calles a combatir la delincuencia, pero sí fortalecer al Estado mexicano y a sus instituciones con un trabajo Legislativo que toque la médula de nuestros problemas”.
Los senadores independientes, dijo, apoyaron el trabajo de los grupos parlamentarios para aprobar, entre otras, reformas relativas a Pemex, a la Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y de la Comisión de Hidrocarburos
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