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El Senado de la República se pronunció de manera enfática por la eliminación total y definitiva de las armas nucleares en todo el mundo y apoyó los esfuerzos por crear una zona libre de este tipo de armamento en el Medio Oriente.

Por ello, los senadores respaldaron plenamente la declaración de las Naciones Unidas del 5 de octubre de 2011, así como el comunicado de los líderes de los 33 países de América Latina y el Caribe, en los que se aboga por concretar la erradicación universal de armas nucleares.

Además, hicieron un llamado a los líderes y parlamentarios de todos los Estados,  a que se sumen activamente a este esfuerzo.

Al fundamentar el punto de acuerdo, la senadora priista Rosario Green Macías expresó que “el horror de las detonaciones de Hiroshima y Nagasaki permanece grabado en la memoria colectiva como uno de los episodios más vergonzosos de la historia”.

Advirtió que actualmente el potencial destructivo de las armas nucleares existentes es exponencialmente mayor al de 1945 y bastaría con un solo episodio “para comprometer el futuro de la humanidad”.

Por eso, enfatizó, “las armas nucleares no sólo son moralmente inaceptables y contrarias al derecho internacional humanitario, sino que su sola existencia es contraria a la paz, la seguridad y la justicia internacionales”.

Dijo que la Corte Internacional de Justicia indicó que “el poder destructivo de la armas nucleares no puede ser contenido y tienen el potencial de destruir toda la civilización y el ecosistema del planeta”.

En este contexto, la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores subrayó que México tiene un historial sustancial en la promoción del desarme, objetivo que se deriva del principio Constitucional de la lucha por la paz y la seguridad internacionales.
 

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