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La Cámara de Senadores exhortó a los institutos nacionales de Ecología y de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, a realizar un estudio a fondo de los efectos del cambio climático sobre la industria vitivinícola a fin de poner en marcha medidas que permitan su mitigación.

A la Secretaría de Agricultura federal le hizo un llamado para que aplique un programa que no sólo mantenga la producción sino que fomente la productividad de esa industria.

En el dictamen avalado se expone que la uva es uno de los productos agrícolas más aceptados y degustados en todo el mundo, cuya estimación de producción mundial ronda alrededor de 60 millones de toneladas en más de 98 países, especialmente Francia, Estados Unidos, China y España, que producen más de la mitad a nivel mundial.

En tanto, México promedia 375 mil toneladas de uva, de las cuales 200 mil corresponden a la uva de mesa.

En ese sentido, se destaca que el sector vid es demandado internacionalmente como producto derivado por los sectores de concentrados de uva, la industria del vino y aguardiente, y de uva pasa, así como de la actividad turística que trae consigo la industria vitivinícola, especialmente en Baja California.

Para los senadores el turismo enológico ha sido exitoso para la entidad, ya que se ha beneficiado a los vitivinicultores, a los sectores hotelero y gastronómico, y se han incrementado los flujos socioeconómicos.

Asimismo, destaca el esfuerzo del Gobierno del Estado coordinado con los municipales de Ensenada y Tecate, que han impulsado el ecoturismo y creado proyectos para impulsar el crecimiento de la industria vitivinícola, convirtiéndola en una cultura.
Sin embargo, recalca el documento, es necesario tomar en cuenta que el sector ha comenzado a verse afectado a causa de los fenómenos climatológicos. Las inundaciones, sequías y heladas han dañado la industria en algunas regiones.

Uno de los efectos más notables es la escasez de agua, lo que ocasiona que se reduzca la extensión de viñedos sembrados, ocasionando baja producción en la cosecha de uva.

Según instituciones públicas y privadas, el cambio climático ha aumentado de uno a dos grados la temperatura de las regiones vitivinícolas a nivel mundial, causando un ciclo de crecimiento de la planta más corto, madurez alcohólica muy rápida, pH más alto y mayor acidez cuando la uva todavía no ha alcanzado su desarrollo total.

Aunado a lo anterior, la falta de lluvia también provoca una maduración acelerada en la uva.


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