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El Senado llamó a la Secretaría de Salud a revisar, y de ser necesario, modificar los programas de toma de conciencia y prevención contra el cáncer cérvico-uterino y de mama.

Ello, de acuerdo a zonas geográficas y culturales de cada comunidad en la República Mexicana, con el propósito de que más mujeres se adhieran a ellos.

En el dictamen avalado, los senadores refirieron que a nivel mundial, el cáncer cérvico-uterino es la segunda enfermedad de mayor incidencia en la mujer, después del cáncer de mama, y es el principal padecimiento en la mayoría de los países en vías de desarrollo, con una incidencia de 80 por ciento de los casos.

El cáncer cérvico-uterino no presenta síntomas hasta que está avanzado, por ese motivo la práctica de pruebas rutinarias de Papanicolaou puede salvar la vida de una mujer, porque detecta problemas antes de que la mujer se sienta enferma, destaca.

Otro mecanismo de prevención --describe el documento-- es la aplicación de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), de los tipos 6, 11, 16 y 18, que ha demostrado de 95 a 100 por ciento de efectividad contra estas variantes

Este tipo de cáncer es prevenible al 100 por ciento, sin embargo, en el país el conocimiento sobre los beneficios de la prueba de Papanicolau, la situación socioeconómica y la escolaridad fueron los principales factores para predecir el empleo de dichos servicios.

Asimismo, las alternativas nuevas y revolucionarias para mejorar programas de detección y tratamiento, pueden reducir el número actual de muertes y evitar que esta cifra aumente a 70 mil muertes en las próximas dos décadas, según un estudio que analiza el impacto del VPH en Latinoamérica y el Caribe.

Respecto al cáncer de mama --precisa el dictamen-- en la  actualidad existen dos métodos de detección temprana para el cáncer de mama: el diagnóstico precoz o el conocimiento de los primeros signos y síntomas en la población sintomática; y el cribado, es decir, la aplicación sistemática de pruebas de mamografía en una población aparentemente asintomática.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve la lucha contra el cáncer de mama en el marco de programas nacionales amplios de control, integrados con las enfermedades no transmisibles y otros problemas relacionados.

El control integral del cáncer abarca la prevención, la detección precoz, el diagnóstico y tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos, se argumenta en el texto.

Sin embargo, reconoce, las estrategias de prevención no pueden eliminar la mayoría de los casos de cáncer de mama que se dan en los países de ingresos bajos y medios, donde el diagnóstico del problema se hace en fases muy avanzadas.

Así, la detección precoz con vistas a mejorar el pronóstico y la supervivencia de esos casos sigue siendo el control del cáncer de mama.

Muchos países de ingresos bajos y medios afrontan actualmente una doble carga de cáncer mamario y cáncer cérvico-uterino, que son las principales causas de muerte por cáncer entre las mujeres de más de 30 años, concluye el dictamen.


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