{audio}2011/boletines/nov/2011-11-03/274.mp3{/audio}

El Senado de la República llamó a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación a realizar estudios para determinar y aplicar, en coordinación con los gobiernos locales, medidas que atiendan la situación de los pescadores afectados por la presencia del pez diablo.

En dichos estudios, se debe considerar la implementación de apoyos para el reemplazo de artes de pesca y de proyectos productivos mediante el aprovechamiento de la especie.

Además, solicitó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales elaborar una Norma Oficial Mexicana que establezca lineamientos, especificaciones técnicas y de seguridad para el manejo y control del pez.

La norma, acota el acuerdo, deberá contemplar la posibilidad de erradicar poblaciones de la especie que se encuentren en áreas naturales protegidas.

A la Cámara de Diputados, los senadores le solicitaron que por medio de las comisiones de Presupuesto y Cuenta Pública y de Medo Ambiente y Recursos Naturales, se destinen recursos suficientes para reducir el impacto de las “especies exóticas invasoras” en el país, a través del Ramo 16, en el presupuesto de egresos para el ejercicio fiscal 2012.

Al fijar su postura, el senador Rubén Velázquez López, del PRD, expresó que desde junio de 2010 fue presentado el acuerdo que dio origen a este dictamen, y en todo ese tiempo el “pez diablo sigue haciendo sus diabluras por ríos, lagunas y presas de nuestro país”.

La proposición, detalló, llama la atención sobre un fenómeno que en los últimos años ha afectado la actividad pesquera en varias zonas del país y que podría agravarse si las autoridades, en los tres niveles de gobierno no adoptan medidas adecuadas de apoyo, control y aprovechamiento.

La depredación ocasionada por el llamado pez diablo, en ríos, lagunas y demás cuerpos de agua, ha derivado en severas afectaciones económicas a poblaciones cuya principal actividad comercial es la pesca, argumentó el legislador.

El pez diablo llamado así por los pescadores, no solamente por su aspecto y  los daños que provoca, puede vivir más de 12 horas fuera del agua, camina sobre sus aletas y se ha convertido en una plaga en varias zonas del país, especialmente en Michoacán, Tabasco y Chiapas, y en los ríos Pánuco y Lerma.

Quienes han estudiado a estas especies --explicó-- identifican al menos cuatro efectos negativos como el rompimiento de redes y heridas causadas a los pescadores, y en razón de que no tiene depredadores naturales que controlen su población se ha convertido en un pez dominante.

Además, porque al alimentarse succionan el fondo y en muchas ocasiones ingieren incidentalmente huevos  que algunos peces depositan en el fondo de su hábitat, y por la ausencia de medidas sanitarias respecto de los tiraderos de estos peces que terminan contaminando el medio.

Los peces diablo son considerados una de las mayores amenazas para la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos continentales y para la pesquería de agua dulce en México, finalizó Velázquez López.


--oo0oo--