BOLETÍN-1258 Rechaza sector agropecuario TLC con Perú.

Representantes del sector agroalimentario se reunieron con senadores, diputados y los titulares de las secretarías de Economía y Agricultura, a quienes manifestaron su rechazo a una posible aprobación del acuerdo comercial con Perú.

Al respecto, Bruno Ferrari, secretario de Economía, aseguró que los beneficios de un acuerdo comercial con Perú “son claros”, ya que México ganaría acceso a un mercado en expansión y la oportunidad de incrementar las exportaciones en más de mil 700 millones de dólares en los próximos años.

Explicó que se fortalecerían sectores que generan más de dos millones de empleos y se protegerían de manera inmediata las inversiones de México en aquel país, que ascienden a más de 10 mil millones de dólares.

Señaló que el tratado con Perú fortalece la competitividad y ofrece oportunidades de diversificación para las exportaciones, crecimiento para las micro, pequeñas y medianas empresas y se podrían crear hasta 40 mil empleos en el próximo lustro.

Sin embargo, reconoció que existen sectores que tienen “algunas preocupaciones”, pero aseguró que los productos mexicanos no enfrentan ninguna afectación económica como consecuencia del tratado.

Por su parte, Francisco Mayorga Castañeda, titular de la SAGARPA, informó que se ha avanzado en la negociación para aceptar la inclusión de “muchísimas fracciones” que permitieran reducir cada vez más el número de productos sensibles.

Explicó que por la dinámica de la negociación se “llegó a un momento en que muchos productos sensibles tuvieron que incluirse en ésta”.

Las propuestas sobre 11 productos están incorporadas en los planes rectores y los recursos adicionales que se necesitan han sido consensuados con la Secretaría de Hacienda, subrayó.

Lo anterior, precisó, a fin de hacerlos capaces de “resistir la competencia con Perú y también fortalecer sus cadenas productivas”.

Además, afirmó que el tema sanitario no está sujeto a ninguna negociación ni en este ni en otros acuerdos comerciales que ha suscrito México.

A su vez, el vicepresidente de la Cámara de Senadores, Ricardo García Cervantes, aclaró que la Constitución sólo obliga a este órgano legislativo a ratificar o no un tratado.

Aseguró que “ni por presiones vamos a dejar de tener una visión integral de lo que beneficia al país, pero también nos preocupa que en los diálogos no haya avances de solución para las compensaciones, salvaguardas y políticas públicas que favorezcan las condiciones de operación de un tratado”.

Por ello, se pronunció por encontrar “las mejores condiciones posibles” para todos los sectores sensibles del acuerdo y que “influyan los argumentos y no las presiones en las decisión que tome el Senado de la República”.

Por los productores, Juan Alberto Laborin manifestó que el gobierno “firmó unilateralmente este tratado” y después de 100 reuniones con la Secretaría de Economía, los 16 representantes de los productos sensibles han planteado ser excluidos del convenio y “no ha habido negociación”.

El vicepresidente del sistema producto Uva aseveró que “ya perdimos prácticamente la industria de la uva para brandi, pues había 18 mil hectáreas, que generaban 2.5 millones de empleos, pero sólo quedan menos de mil hectáreas y esa es una realidad gracias a los tratados”.

Manifestó que con el acuerdo comercial “se pretende poner en riesgo a más de 3 millones de jornales” de uva de mesa y pese a esta situación “no nos oponemos al tratado”, pero requerimos de la protección fitosanitaria necesaria.

Adrián Prats, vicepresidente de Comercio Exterior de los Productores de Plátano, señaló que para el ramo agropecuario la Secretaría de Economía “es nuestro peor enemigo, ya que miente cuando dice que no habrá daños para el sector platanero”.

Con el ingreso de dicho producto a México “vamos a decrecer gradualmente en plantaciones y a desaparecer”, por lo que sugirió que si no se revisa el convenio comercial es mejor que éste no sea ratificado por el Senado.

En su turno, Vicente Gómez Cobos, presidente de la Asociación Nacional de Ganaderos Lecheros, advirtió que nuestro país “no es autosuficiente en leche” por la situación de mercado en la que se encuentra, pues se permite que los productos entren por debajo de sus costo de producción.

A nombre de los productores de Cítricos, Ausencio Mata Medina, expresó que la principal preocupación del sector responde al problema fitosanitario por la mosca del mediterráneo.

Explicó que los citricultores han viajado a Perú y “encontraron que no existe ningún área libre de mosca del mediterráneo, lo que hace que haya cinco veces más posibilidades de encontrar moscas de la fruta en zonas de baja prevalencia en México”.

Enfatizó que el riesgo es más grande en comparación con las bajas toneladas que los peruanos piensan exportar a México, lo cual puede derivar en el cierre de la frontera a productos cítricos mexicanos por parte de Estados Unidos.

En su oportunidad, Sergio Narváez Ávila, del sector productor del Ajo, afirmó que los productores de ajo se oponen al TLC con Perú en virtud de que no existen condiciones de igualdad.

“Los productores de ajo pedimos siempre la exclusión porque el comercio sería en un solo sentido: de Perú hacia México, pues nosotros nunca exportaríamos ya que ellos producen el doble que nosotros y son una cuarta parte de nuestra población”, puntualizó.

En tanto, Ana Cecilia Ríos, a nombre de los productores de papa, consideró que el TLC es un riesgo, debido a que Perú ocupa el lugar 17 como productor, mientras que México el 78.,

Apuntó que el daño económico que representa Perú para México es de 31 por ciento, ya que “el precio de la papa en Perú es 52 por ciento inferior a la de México.

Asimismo, Salvador López Rodríguez, representante del producto chiles secos, manifestó el desacuerdo del sector en su inclusión al TLC, porque “los productores nacionales estamos en desventaja técnica y de producción”.

Desde hace seis años el principal problema es la entrada de chile seco desde otras partes del mundo, la cual reduce la participación del chile seco mexicano en nuestro propio mercado, ilustró.

Respecto del sistema sanitario, Enrique Sánchez Cruz, director general de Servicios Nacionales de Inocuidad Agroalimentaria, Acuícola y Pesquera (SENASICA) detalló que México ha fortalecido sus sistemas sanitarios para la atención de la mosca mediterránea.

“El tema fitosanitario no se negocia y en todos los tratados comerciales que México tiene se ponen los requisitos que se deben cumplir”, explicó.

A su vez, Francisco Rosas Sandoval, representante del Sistema Producto Cebolla, aseguró que la mayoría de los productores “nos oponemos al tratado por la falta de cumplimiento de parte de las autoridades de sanidad vegetal”.

Por el Consejo Nacional Agropecuario, su presidente, Juan Carlos Cortés reveló que en una reunión con los secretarios de Economía y de Agricultura “se nos comentó, al presidente de los ganaderos y a mí, que si no estábamos de acuerdo, el Ejecutivo ejercería, a través de Economía, una acto de autoridad”.

Señaló que con los tratados comerciales “nadie tiene la menor duda, que el único rubro que pierde es el agropecuario”; sin embargo, no “estamos en contra de que el sector industrial se beneficie, pero ¿quién está viendo por nosotros?”.

En su turno, el diputado Gerardo Sánchez García, dirigente de la Confederación Nacional Campesina, dijo que la posición del gobierno sobre la no flexibilidad y ratificación de los términos del tratado, como se signó, “deja mucho qué desear”.

Dijo que para enfrentar lo derivado del acuerdo comercial se requieren recursos adicionales, pero en los criterios preeconómicos del presupuesto, en abril, existe una disminución al presupuesto del 12 por ciento, por lo que no basta la buena voluntad sino concretar acuerdos.

En sus respuestas, Bruno Ferrari señaló que no se busca dañar al sector agropecuario del país, “sino hacernos más competitivos y diversificar nuestras importaciones”.

“En este tipo de negociaciones hay que ver qué das, qué recibes, para ver cuál sea el mayor beneficio, así es como tiene que hacerse”, expresó.

En tanto, Francisco Mayorga reconoció que existe un riesgo de plaga “cada vez que uno abre su mercado a un tercero”.

Sin embargo, aclaró que también es cierto que cerrando los mercados no desaparece el riesgo, ya que hay muchas formas de que una plaga entre a un país aunque esté comercialmente cerrado.

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