BOLETÍN-1189 Urge sistema penitenciario moderno para combatir delincuencia.

El combate a la delincuencia demanda un sistema penitenciario moderno donde impere el respeto a la condición humana y la educación, rehabilitación, recreación y accesos a servicios de salud sean factores determinantes para la reinserción social de los internos, subrayaron legisladores latinoamericanos.

En reunión extraordinaria de la Comisión de Derechos Humanos, Justicia y Políticas Carcelarias del Parlatino, destacaron que en la mayoría de los países latinoamericanos los centros de reclusión “son fábricas de delincuentes” y espacios donde se degrada a la persona en lugar de readaptarla.

Además, manifestaron que el Ejército y la policía “no tienen la capacidad para manejar la reinserción de los presos”.

Al exponer sobre el nuevo modelo penitenciario de la República Dominicana, catalogado como Centro de excelencia en la materia, el diputado Eugenio Cedeño aseguró que “es insostenible una gestión penitenciaria eficiente” con esquemas donde imperan el hacinamiento, la insalubridad y deshumanización de los reos.

Del mismo modo, subrayó, “es inútil construir una nueva edificación” para la reclusión de delincuentes, si no se implementa un sistema carcelario “con talento humano, capacitado en el manejo de la administración penitenciaria, profesionales de la salud que comprendan las condiciones del prisionero y agentes entrenados en vigilancia.

Recordó que República Dominicana fue objeto constante de denuncias internacionales por las violaciones a los derechos humanos en los reclusorios y las condiciones de hacinamiento que imperaron durante el régimen trujillista¸ donde no se contaba con un sistema penitenciario “sino con depósitos de seres humanos”.

En contraste, añadió, el nuevo modelo que se acaba de implementar en aquella nación se sustenta en el respeto a la condición humana.

Por Venezuela, la diputada Delsa Solórzano dijo que en su país el nivel de hacinamiento se ubica en 375.1 por ciento, porque la capacidad de las cárceles es de 12 mil 500 internos y “tenemos cerca de 46 mil 888”.

“Esto nos alarma profundamente porque hasta este momento no tenemos ningún tipo de política real para la reinserción adecuada del delincuente, por el contrario, nuestras cárceles son escuelas del delito”, señaló.

“El tráfico de armas se ha convertido en un importante negocio dentro de las cárceles venezolanas, los reclusos no cuentan con una atención médica adecuada y dentro de ellas se ha establecido un sistema de gobierno paralelo al gobierno del Estado”, aseguró.

Agregó que esta grave crisis carcelaria llevó al gobierno nacional a crear un ministerio especial para el tema, pero, “en mi humilde criterio, siento que esto es simplemente más burocracia; sin embargo, ya hay un reconocimiento del problema”.

Del mismo país, el diputado Roy Daza enfatizó que la solución al problema crítico en los centros de reclusión es una prioridad en Venezuela.

El primer esfuerzo para atender la situación, agregó, fue atacar el problema por la vía legislativa, que redujo sustancialmente la cantidad de presos, pero se ha revertido porque “nuestro país está en una situación de confrontación absoluta contra el narcotráfico”.


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